La Policía Local de Palma interceptó el pasado 31 de enero a un joven de 18 años por circular con dos patinetes eléctricos a la vez por el centro de la ciudad. El chico portaba dos mochilas y cuando los agentes procedieron a registrar los bultos hallaron distintos tipo de droga. El conductor imprudente terminó detenido por un delito contra la salud pública.
Los agentes vislumbraron a un individuo a lo lejos conduciendo un Vehículo de movilidad personal (VMP) y manejando otro del mismo tipo en paralelo. Al darle el alto, descubrieron que llevaba dos mochilas y procedieron al registro del joven. En una de sus pertenencias encontraron 9 comprimidos de éxtasis, cristal y 7 pastillas más de cetirizina. Al ser preguntado por el origen de estas sustancias, el sospechoso aseguró que no eran suyas y afirmó que eran de un amigo.
Acto seguido, le inspeccionaron la otra mochila y encontraron 30 comprimidos más de éxtasis, una sustancia parecida a la cocaína rosa y 19 cápsulas de ceterizina. Observaron la presencia de una báscula de precisión y una herramienta para picar la droga. Al volver a ser cuestionado por la procedencia del bulto, volvió a argumentar que era de un amigo suyo.
El arrestado insistió en que las mochilas no eran de su propiedad y se acercó hasta donde se encontraba su compañero junto a los agentes policiales. Una vez allí, el otro investigado afirmó que una de las bolsas era suya, pero negó que la otra fuese de su propiedad. Ante esto, la Policía Local detuvo al primer implicado por un delito contra la seguridad vial y la salud públicas, mientras que abrió una investigación en torno al segundo joven.
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