Los vigilantes de seguridad y la Policía Nacional tuvieron que actuar durante toda la noche para evitar peleas y robos. | Julio Bastida

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Suma y sigue. Los indigentes que permanecen atrincherados en Son Espases siguen haciendo de las suyas y ponen en jaque a la gerencia del centro. En la madrugada de este domingo, el personal de seguridad fue alertado de que uno de los sin techo se estaba paseando por las habitaciones de maternidad (planta +1) donde se encuentran los bebés recién nacidos y sin ningún pudor abría las puertas y se llevaba todo lo que encontraba a su paso. Es más, a una madre que acaba de parir le dio un susto de muerte cuando se lo encontró de frente a altas horas de la madrugada en su habitación.

Los vigilantes lograron localizarlo y éste se enfrentó a ellos. Tras un enfrentamiento verbal, el indigente no paraba de decir: «Esto es un lugar público y no me podéis echar. No me podéis tocar». Los seguridades vieron que iba descalzo y le acompañaron hasta la zona de Urgencias para que cogiera sus cosas e invitarlo a que abandonara las instalaciones por su comportamiento violento y delictivo. Lo curioso es que este hombre se había apoderado de todo un mostrador de Información del hospital donde acumulaba un montón de enseres, entre los que se encontraban dos sillitas de bebé.

En ese instante, llegó una patrulla de la Policía Nacional quienes se hicieron cargo de la situación y expulsaron al mendigo del recinto. Mientras tanto, los vigilantes no pararon en toda la noche de sacar indigentes de plantas y zonas restringidas del centro. Finalmente, a las pocas horas de expulsar al conflictivo sin techo, éste entró en Urgencias para ser atendido como paciente. Una vez que le pusieron la pulsera, se quedó pasando la noche en la sala de espera. Se trata de una estrategia muy utilizada por los mendigos para burlarse del sistema.

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La seguridad privada del hospital universitario de Son Espases tiene previsto montar en breve controles de acceso en las puertas de entrada y salida de Urgencias para evitar que los indigentes puedan entrar y dormir dentro de las instalaciones hospitalarias. Para ello, cuentan con el apoyo del Cuerpo Nacional de Policía, que prestará su colaboración para evitar que se produzcan altercados violentos. Está previsto que esta operación de expulsión de todos los sin techo se realice de forma tranquila y sin generar alboroto que pueda afectar al funcionamiento habitual del hospital de referencia.

De todos modos, los vigilantes ya están preparados para tener que afrontar las estrategias de los indigentes para tratar de burlar los controles. Es frecuente que estos simulen encontrarse mal para poder entrar al área de Urgencias, ser visitados por los médicos y acto seguido quedarse en los pasillos durmiendo. Por ese motivo, el personal de seguridad prohibirá la entrada de objetos y enseres personales a estas personas; les acompañarán para ser atendidos y, de forma inmediata, deberán abandonar el recinto. Todo ello, supervisado por personal policial si fuera necesario. De hecho, será la propia Policía Nacional quien realice un ‘barrido' para comprobar los antecedentes policiales y asegurarse que no existan reclamaciones judiciales. De ser así, se procederá a la detención de los mismos.

El objetivo es que en cuestión de semanas Son Espases pueda recobrar de nuevo la tranquilidad y acabar con los numerosos problemas que están ocasionando los indigentes. Prácticamente se han atrincherado en la zona de Urgencias y Radiología y se han apoderado de los baños (donde se llegan a duchar), salas de espera y otras dependencias hospitalarias. De hecho, también han montado algunas chabolas y acumulan basura en el párking de Urgencias. Es importante destacar que la gran mayoría de los indigentes son jóvenes drogadictos o borrachos que no quieren recibir ayuda de los servicios sociales o vivir en centros públicos para no tener que acatar las normas y así poder robar, drogarse y hacer lo que quieren sin horarios.