El acusado, durante el juicio celebrado a principios de abril en la Audiencia de Palma.

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El hombre que intentó asesinar a un médico con unas tijeras quirúrgicas en una clínica de Palma ha sido condenado por la Audiencia Provincial a ocho años y medio de cárcel. El agresor deberá indemnizar a la víctima 8.250 euros por las lesiones y los daños morales ocasionados.

Los hechos ocurrieron sobre las 11.00 horas del 9 de febrero de 2023. El acusado, de 44 años y nacionalidad dominicana, se encontraba en una sala de curas de la clínica Asepeyo, situada en la calle Ramon Berenguer, porque había sufrido un accidente de tráfico y tenía heridas en una pierna. El hombre fue atendido por un doctor que advirtió que el procesado lo estaba estaba grabando sin su consentimiento y le dijo que le iba a apagar el móvil.

El agresor saltó de la camilla y se dirigió al médico por la espalda con unas tijeras quirúrgicas y le asestó varias puñaladas en el cuello y en el pecho, que le provocaron lesiones leves. "El instrumento por sus características era idóneo para penetrar en el cuerpo de una persona y el ataque se dirigió contra zonas vitales como el pecho y el cuello", indica el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma.

"Si un resultado más grave no se produjo fue por circunstancias ajenas a su voluntad, pues, aunque el instrumento era idóneo para quitar la vida de una persona, el sistema de protección con el que contaban las tijeras y las circunstancias que se presentaron en la agresión determinaron que no se consiguiese la finalidad pretendida".

El acusado, que se encuentra en prisión desde entonces, declaró en el juicio que el doctor "se agredió a sí mismo" y que no le tocó. La víctima, sin embargo, explicó que el paciente le atacó por la espalda y que no pudo defenderse. "Me giré para coger los utensilios y ya me había clavado las tijeras en la yugular y después en el pecho".

El Colegio Oficial de Médicos de Balears se personó como acusación particular para defender al doctor agredido, que fue representado por la letrada Marian Fuster.