La declaración de Sancho, que comenzó la víspera con el turno de las preguntas de la defensa y terminó hoy con el de la acusación, duró más de tres horas y fue realizada principalmente en español, aunque también en inglés, con nuevos problemas en la interpretación al tailandés en el Tribunal Provincial de Samui (sur de Tailandia).
El acusado, que ha tenido un papel muy activo en el proceso, se subirá de nuevo al estrado mañana miércoles, cuando se espera que con su alegato final se concluya un día antes de lo previsto un juicio que se ha celebrado a puerta cerrada y ante una gran atención mediática desde el pasado 9 de abril.
Sancho, de 29 años, argumentó de nuevo que actuó en defensa propia y que Arrieta murió durante un forcejeo iniciado porque el cirujano colombiano intentó «violarle», según la versión del acusado.
El español además insistió en que ha «sentido» la muerte de Arrieta y el dolor de su familia, pero que no se sentía «culpable» porque se estaba defendiendo, según pudo saber EFE.
El fiscal, Jeerawat Sawatdichai, fue el principal encargado de interrogar hoy al acusado durante alrededor de tres horas, según dijo él mismo a los medios al salir del tribunal.
Durante su turno cuestionó que Sancho no hubiera pedido ayuda si estaba en peligro o se marchara de la habitación de hotel alquilada por el español en la isla tailandesa de Phangan (cercana a Samui), a la que el acusado llevó en motocicleta al colombiano el 2 de agosto y donde ese día tuvieron lugar los hechos.
El fiscal pregunta a Sancho si es creyente
El fiscal trató hoy de desmontar el argumento de Sancho de la defensa propia, además de preguntarle por sus creencias religiosas.
El joven respondió que no era creyente, tras lo que el fiscal cuestionó cómo distinguía entre el bien y el mal y entre la verdad y la mentira, según confirmaron a EFE varias fuentes.
«Quería saber qué es lo que le sirve de referencia moral, ya que si uno no tiene religión puede que no tenga miedo a cometer delitos», dijo a EFE el fiscal.
Tailandia es un país esencialmente religioso, en el que alrededor del 90 por ciento de su población profesa el budismo, en muchos casos mezclado con creencias hinduistas y animistas.
La coacusación, que representa a la familia de Arrieta, también participó en el interrogatorio y se centró en el asunto del arrepentimiento y en la solicitud de indemnización al acusado.
La Fiscalía acusa a Sancho de tres delitos: asesinato premeditado, ocultación del cadáver, por el descuartizamiento de Arrieta, y destrucción de documentación ajena, por el pasaporte del cirujano.
Sancho se ha declarado hasta la fecha no culpable tanto del asesinato premeditado -que Tailandia castiga hasta con la pena de muerte, si bien apenas la aplica- como del delito de destrucción de documentación ajena, y ha aceptado únicamente el de ocultación del cadáver, cuyos restos fueron esparcidos por Phangan y el mar.
Testigos rechazados
Tras la declaración de Sancho testificaron el médico forense Manuel Carrillo, para ratificar un informe que ha realizado sobre la muerte de la víctima, y el psicólogo forense Pedro Mateo, que analizó el comportamiento en relación a los descuartizamientos.
Según confirmaron a EFE fuentes de la defensa de Sancho, el juez no permitió hoy que se llamase a declarar a Iván Campos, un psicólogo especialista en abusos sexuales, como estaba previsto, y un testigo protegido supuestamente acosado por Arrieta. El motivo que habría esgrimido el juez para rechazar los testimonios es que no están directamente relacionados con el caso.
Tras una maratoniana sesión de más de nueve horas, el juicio contra el español concluirá el jueves, un día antes de lo previsto, con una posible declaración de un testigo, un chef tailandés, y un alegato final del acusado solicitado por él.
Esta nueva declaración de Sancho no tiene límite de tiempo y el acusado puede explicar al juez todos los detalles que considere que no han quedado claros, según explicó a EFE el abogado defensor, Apichart Srinual.
En total, la defensa habría contado con nueve testigos, menos de los previstos, por lo que el juicio terminará antes de la fecha programada.
Carmen Balfagón y Ramón Chipirrás, del despacho criminológico jurídico español que asesora a Sancho, y el padre del acusado, Rodolfo Sancho, que estaban en la lista de testigos, finalmente no declararán.
El acusado confesó en un primer momento el crimen frente a la Policía tailandesa, pero luego afirmó que la muerte del cirujano, a quien conocía desde hacía un año y con quien quedó en Phangan, se debió a un accidente.
4 comentarios
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Lo mató en defensa propia, lo descuartizó en defensa propia, escondió los restos en defensa propia. Pedazo de sinverguenza.
Cabron Descuartizador, cadena perpetúa y una gran indemnización para la familia del fallecido. Un saludo a todos los comentaristas.
Aquí le caerían más años por la gestión de residuos que por el asesinato.
I-QUÈ-VOLEU-QUE-DIGUI ??? ... Maremeva, quin culebrón més desagradable; i els medis "informatius" fent-li el joc al morbo i el sensacionalisme absurd.