Un juzgado de lo Penal de Palma ha condenado a un hombre a 22 meses de prisión y al pago de una multa de 660 euros tras reconocer que utilizó varias recetas médicas de un doctor de la capital balear, que previamente habían sido robadas, para poder conseguir ansiolíticos en varias farmacias. El procesado, español de 47 años, actuó bajo la influencia de las drogas.
Su defensa, ejercida por el abogado Diego Marín, solicitó la suspensión de la pena de cárcel y tanto la acusación particular como la Fiscalía no se opusieron. No entrará en el centro penitenciario siempre y cuando no vuelva a delinquir durante los tres próximos años.
Los hechos enjuiciados se remontan a 2021. El procesado consiguió varias recetas médicas que le hizo llegar una persona no identificada. Las rellenó a nombre del doctor de donde las habían sustraído y figuraba su propia identidad como paciente. El día 14 de octubre el acusado acudió a una farmacia de Can Picafort y consiguió una caja de 50 comprimidos de trankimazín. El 19 repitió la escena en sa Pobla, con la misma cantidad y por último el 29 de nuevo en Can Picafort, pero en esta ocasión la caja era de 30.
El perjuicio económico causado al IB-Salut ascendió a 11,77 euros, cantidad que tendrá que devolver el procesado al organismo público. Inicialmente el Ministerio Fiscal solicitaba para el hombre dos años y medio de cárcel por un delito continuado de falsedad documental. Tras un acuerdo de conformidad alcanzando entre las partes antes de celebrarse la vista, la pena quedó fijada en un año y diez meses.
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