Varias personas congregadas cerca de la vivienda después de que el hombre de 72 años, que permanecía atrincherado con un arma de fuego desde la noche de este domingo en una vivienda de Huétor Tájar (Granada) junto a sus dos nietos, de 10 y 12 años, matara a ambos y se suicidara, este lunes. | Miguel Ángel Molina

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El hombre de 72 años que presuntamente ha matado a sus dos nietos menores tras permanecer atrincherado desde última hora de la tarde del domingo, conducía el coche que sufrió un accidente de tráfico el pasado 19 de marzo, en el que falleció la madre de los niños. Los hechos tuvieron lugar en el kilómetro 6 de la carretera GR-4407, en término municipal de Loja. Los niños, que también iban en el vehículo, fueron ingresados en un centro hospitalario.

Días después, moría también a resultas de los traumatismos sufridos en el mismo siniestro la mujer del anciano y abuela de los menores, que también viajaba en el mismo coche, según ha detallado el alcalde de Huétor Tájar, Fernando Delgado, que ha decretado tres días de luto oficial tras el crimen de este lunes. El Ayuntamiento de Huétor Tájar ha suspendido en paralelo la última jornada de la Feria en honor de San Isidro Labrador en tanto en el municipio, de unos 10.500 habitantes, están todos «consternados».

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El alcalde ha trasladado sus condolencias a la familia de las víctimas, en especial al padre de los niños, muy conocido por su trabajo en un centro educativo de la localidad. Fue sobre las 21,40 horas de este pasado domingo cuando se alertó de que el hombre se había atrincherado en la vivienda armado junto a los menores y en la zona se han escuchado disparos a lo largo de la noche, según informó la Guardia Civil, cuyos agentes, que llevaban toda la noche en el entorno de la vivienda, han logrado acceder a la misma esta mañana y han hallado los cuerpos sin vida del anciano y de los menores.

Se trata de dos niños de 13 y diez años, según ha detallado el alcalde, quien ha indicado que de la tragedia que supuso en marzo el accidente de tráfico nadie esperaba que se pudiera llegar a esto. Para Delgado, en el municipio muchos sabían que el abuelo «no estaba muy bien ya» después de aquello pero ninguno pensaba «que iba a hacer lo que ha hecho», que ha supuesto un «desastre» y una «tragedia» para un pueblo desolado.