Un grupo de vecinos este viernes por la mañana frente al Medusa Beach. | Alejandro Sepúlveda

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La tragedia que azotó el jueves por la tarde noche la zona de la Playa de Palma y que se llevó la vida de cuatro personas ha desatado una vorágine de emociones entre los vecinos de la localidad costera. El derrumbe del local que se sitúa en primera línea no ha cogido desprevenido a nadie. «Se veía venir, la decadencia que ha sufrido la zona es increíble», explica Lourdes, que lleva más de 40 años viviendo aquí.

La imagen del desconsuelo, la tensión y el miedo que se vivió en la jornada de este jueves contrasta con la consternación que sienten los residentes el día después de todo. «Antes todo se cuidaba más, ahora, en edificios de más de 90 años solo se les hace un lavado de cara y pasan estas cosas», comenta.

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Por su parte, Antonio, otro vecino que vivió en primera persona el derrumbe del local. «Estaba paseando con mi mujer por aquí cuando de repente vi como se venía todo abajo. Fue un susto muy grande», recuerda. En los últimos años no son pocos los derrumbes de establecimientos en s'Arenal. «Mínimo recuerdo tres desde que vivo por aquí. Tienen muy dejada la zona. Si viniesen a hacer revisiones la mayoría tendrían que cerrar, es lamentable», insiste.

En un corrillo que se ha formado frente al local siniestrado, varias vecinas han intercambiado opiniones en las que lo que más se decía era la «indignación» y la «necesidad» de que s'Arenal se renueve porque sino, «pasará muchas veces en poco tiempo». Una de ellas siente «miedo y pena» por ver en lo que se ha convertido todo. «Entre la inseguridad que se siente cuando andas por la calle y los estados de los edificios, no quiero ni salir», apunta.

El suceso tuvo lugar poco después de las ocho de la tarde en el número 36 de la calle Cartago. Al parecer, algunos de los clientes estaban bailando en la zona del chill out cuando, de repente, la terraza se desplomó a sus pies y los cascotes de marés cayeron sobre la planta baja, que a su vez también cedió sobre el sótano.