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Los vecinos de s'Arenal ya no pueden más. Están desesperados por culpa del descontrol y desfase que tienen que soportar a diario en las calles del núcleo turístico y, muy especialmente, con las fiestas salvajes que montan los clientes de un gigantesco hotel ubicado en la calle Antoni Maria Alcover. El desmadre de los clientes, en su mayoría grupos de jóvenes germanos, está poniendo en serio peligro la convivencia y el descanso de los residentes.

Fiestas que se prolongan durante las 24 horas, alcohol, peleas, gritos, drogas e incluso algunas escenas de sexo oral en plena calle son algunas de las cosas que tienen que sufrir los vecinos de esta zona. En las redes sociales, algunas familias británicas, con niños de corta edad, están denunciando el comportamiento de estos jóvenes alemanes y la permisividad del complejo hotelero con estos comportamientos. Se trata de centenares de jóvenes turistas, en su mayoría de nacionalidad alemana, que van tan borrachos que apenas pueden mantener la verticalidad y que llegan a la isla con la finalidad de pasar unos días de fiesta. En las terrazas del complejo, junto a las piscinas, se pasan el día cantando, bebiendo y, algunos de ellos, consumiendo sustancias prohibidas.

El complejo hotelero se vende, a través de su página web, como un hotel de adultos. «Ubicado en Mallorca, concretamente en la bahía de la playa de Palma / El Arenal. El entorno es perfecto para la relajación, puesto que está situado junto a un pinar de más de 60.000 metros cuadrados y el paseo marítimo de la playa de Palma por lo que cuenta con unas espléndidas vistas al bosque de Son Verí», reza en su descripción.

Los vecinos están muy preocupados por la falta de control y denuncian que llevan días sin poder descansar. Los vídeos de los residentes y turismo familiar han sido difundidos a los diferentes medios de comunicación internacionales y la prensa británica y germana ya se han hecho eco de la problemática. En los próximos días, está prevista la llegada de más de 20.000 estudiantes españoles a la zona que tendrán que convivir con los turistas y los enfrentamientos del barrio contra los exmenas argelinos.