El trágico suceso tuvo lugar en 2015 en el hospital de Manacor. | R.S.

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El Ministerio Fiscal solicita tres años de prisión para un anestesista por un delito de homicidio por imprudencia profesional al causar la muerte de una mujer durante un parto en el hospital de Manacor en agosto de 2015. El sanitario se enfrenta además a una inhabilitación durante cuatro años y una indemnización, de manera conjunta y solidaria con la aseguradora, de 361.000 euros al marido de la víctima y a sus tres hijos menores de 14 años.

El juicio por estos hechos está previsto que se celebre próximamente en una sala de lo Penal de los juzgados de Vía Alemania, en Palma.

Tal y como describe la Fiscalía en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Ultima Hora, el 20 de agosto de 2015 el procesado era el anestesista de guardia en el hospital de Manacor. Ese día se practicó una cesárea a una paciente, catalogada como de riesgo, ya que padecía una anemia ferropénica -el cuerpo no tiene suficiente hierro- diagnosticada en el tercer trimestre de embarazo. El sanitario al «al no actuar con la debida diligencia que exigían las circunstancias» provocó que la paciente falleciera desangrada. La acusación pública sostiene que fue un error practicarle la cesárea a la mujer, que era la tercera a la que se sometía y además padecía anemia.

La cesárea, sigue detallando el Ministerio Público, se desarrolló con complicaciones, que se superaron, pero ello provocó un debilitamiento de la víctima, que exigía un especial cuidado y vigilancia por el anestesista en el área de reanimación (REA), a la que fue trasladada tras la primera intervención. El procesado, explica la Fiscalía, era conocedor «de las complicaciones preexistentes». A pesar de ello no estuvo presente ni vigiló a la paciente y alertado por teléfono de que estaba inestable no la visitó para evaluarla en persona y prescribió a través de una llamada. Asimismo intuyó que el cuadro de inestabilidad que presentaba era por ansiedad y no porque estaba sufriendo una hemorragia interna.

Tiempo después, y tras ser de nuevo avisado de que las complicaciones iban en aumento y que la mujer había entrado en parada, se personó en el REA y trasladaron de nuevo a la víctima a quirófano para una segunda intervención, donde los cirujanos apreciaron la existencia de un hematoma retroperitoneal, que unida a la anemia a la que el anestesista no prestó atención, provocaron la muerte de la mujer.