La Policía Nacional, junto con la Policía Local y operarios del Ajuntament de Palma han irrumpido este miércoles por la mañana en el poblado gitano.

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El nuevo Son Banya ha durado unos días. La Policía Nacional, junto con la Policía Local y operarios del Ajuntament de Palma han irrumpido este miércoles por la mañana en el poblado gitano y han derribado las fortificaciones que con tanto esmero habían levantado los clanes durante semanas.

Los agentes se han encontrado con un circuito interior acotado por banderas de España y señalizado con luces de led para la noche, además de puntos de venta en el exterior de las chabolas. Durante el operativo se han descubierto cinco nuevos puntos de venta de sustancias estupefacientes que estaban situados en la entrada del poblado.

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Los encargados han huido enseguida cuando han visto la llegada de los agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional y de la Unitat d'Intervenció Immediata (UII) de la Policía Local de Palma. Los policías han intervenido distintas cantidades de varios tipos de droga que se han dejado en su precipitada fuga.

Fortificación que habían construido en el poblado.

Las autoridades han enviado un mensaje a los residentes de Son Banya con el derribo de la barrera de toneladas de basura, chatarra y coches quemados. No se podía consentir que un poblado de estas características estuviera fortificado con barricadas. En el dispositivo se han utilizado camiones y grúas que han despejado las zonas de acceso y han tirado el muro que habían levantado los clanes gitanos en las últimas semanas.

Desde el exterior la Policía Local de Palma ha mantenido un perímetro de seguridad para evitar que entraran o salieran ciudadanos del recinto durante el operativo de derribo. Los agentes han comprobado que numerosos compradores ajenos al desmantelamiento del fortín han acudido a comprar a su punto de venta habitual sus dosis de cocaína, hachís o marihuana.