Las dos acusadas, este viernes, en el juicio celebrado en Palma. | Guillermo Esteban

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Dos hermanas bolivianas negaron este jueves en el juicio haber explotado sexualmente a nueve prostitutas en tres pisos de Palma. «Las chicas me contactaban, mi piso es libro, pueden venir cuando quieran. Hacían los horarios que ellas querían y había un reparto de beneficios del 50 por ciento», dijo una de las acusadas, que solo respondieron a las preguntas de su abogado.

–¿Debían estar disponibles en todo momento?

–No, ellas se presentaban cuando querían, no era una obligación atender a todos los clientes...

La otra enjuiciada, que era la encargada de una de las casas, aseguró que ninguna acudía en contra de su voluntad.

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La Fiscalía reclama una condena de 30 años de cárcel para cada una de ellas por explotar sexualmente a nueve sudamericanas entre noviembre de 2020 y enero de 2021. El Ministerio Público recoge en su escrito que las víctimas realizaban jornadas laborales de 21 horas al día, que solo tenían un día libre a la semana y que el 50 por ciento de los beneficios se los quedaban sus ‘jefas', dos bolivianas de 38 y 43 años.

Una de las testigos, que trabajó para las dos encausadas, explicó que acudió a las dos hermanas por decisión propia y que el horario lo manejaba ella. Trabajó como encargada y como «chica».

–¿Cuánto ganaba como prostituta?– preguntó el fiscal.

–Unos 150 euros diarios.

Un agente de la Policía Nacional, que llevó a cabo la investigación contra las acusadas, manifestó que se entrevistó con varias chicas que estaban en situación irregular en España y que las condiciones en las que ejercían la prostitución «eran abusivas».