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Un hombre de 73 años y nacionalidad española apareció muerto este jueves en Sineu en el interior de un pozo de 35 metros de profundidad. El hombre, J. V. L., presentaba múltiples fracturas en la parte frontal de la cabeza y también en la zona trasera, lo que activó las alarmas de los investigadores de la Guardia Civil. El resto del cuerpo estaba prácticamente intacto.

El cadáver fue hallado en torno a las ocho de la mañana en el pozo de un domicilio de la calle Entorns Cases Noves. El termómetro marcaba los 37 grados. El septuagenario, que padecía de Alzheimer en fase incipiente, vivía con su primo y la mujer de este. La relación entre los dos hombres, según explicaron algunos vecinos a los responsables de la investigación, no era buena. Se peleaban con frecuencia.

El septuagenario se fue a dormir el miércoles sobre las 22.30 horas y el jueves, a las 8.00, sus familiares no lo encontraron en la vivienda e interpusieron una denuncia por su desaparición. Los agentes de la Guardia Civil que se desplazaron hasta el lugar encontraron a la víctima en el interior de un pozo a unos 500 metros de la casa.

Agentes de los Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas se introdujeron en el pozo y rescataron el cuerpo sin vida del hombre, que iba en calzoncillos. La víctima cayó de cabeza y presentaba una fractura abierta en la parte delantera del cráneo.

El hombre también tenía importantes lesiones en la parte trasera de la cabeza que, en un primer momento, a los investigadores de la Guardia Civil no les cuadraron con la posible caída. Los GEAS que bajaron al pozo realizaron un vídeo de la envergadura del foso.