Una veintena de agentes de la Policía Nacional asaltaron la vivienda okupada de Campos. | R.S.

TW
50

Nada hacía presagiar que una finca de campo okupada de Campos era la base de operaciones y epicentro de una de las mayores redes de carteristas a nivel internacional. A primera hora de este pasado martes, el Grupo de Investigación Centro, en colaboración con la Policía Local de Palma, llevaron a cabo un operativo policial contra el crimen organizado, practicando una entrada y registro en una vivienda ubicada en un terreno rústico de Campos.

En el marco de esta importante operación, se desarticuló un grupo criminal de carteristas muy activos y se procedió a la detención de cuatro personas; tres hombres y una mujer de origen rumano. Todos ellos están acusados de ser los presuntos autores de un delito de integración en grupo criminal, estafa y hurtos, los cuales se dedicaban de forma sistemática a cometer robos al descuido en la zona de mayor afluencia de personas en el centro de Palma.

En el registro domiciliario practicado en la casa rústica, se intervinieron unos 4.000 euros en efectivo distribuidos en billetes de curso legal de hasta trece países distintos. Los agentes localizaron dólares, libras, pesos argentinos, euros etc... Del mismo modo, también descubrieron cargos fraudulentos en tarjetas de crédito robadas que en algunos casos superan los 5.000 euros. Esta banda de carteristas rumanos está catalogada como una de las mejores del mundo y su habilidad para sustraer las carteras y teléfonos móviles es digna de estudio.

Para ello, los integrantes de la banda utilizaban una técnica basada en ralentizar el paso de los turistas por las calles más céntricas de Palma mientras que otros miembros del grupo criminal, con sumo sigilo y profesionalidad, desvalijaban a las víctimas. De forma rápida y muy efectiva, cogían el dinero en efectivo, tarjetas y móviles. Acto seguido, lanzaban a la basura las carteras con la documentación. Uno de los aspectos más llamativos es que la banda operaba desde Campos y se desplazaba a diario a la capital balear en coches de alquiler. Una vez en Palma, comían en restaurantes y obtenían un botín diario de entre 500 y 1.000 euros diarios por persona.