Fachada de la Audiencia Nacional, en MadrId.    | DIEGO RADAMÉS / EUROPA PRESS

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La Audiencia Nacional ha confirmado el procesamiento de una joven de Menorca, a la que desde hace un año se investiga por difusión de propaganda yihadista. Según las conversaciones intervenidas, la mujer fantaseaba con la idea de cometer un atentado, y mantenía una intensa actividad propagandística en favor del Estado Islámico (Daesh), a través de aplicaciones como Telegram, mediante la cual captó, como mínimo, a siete personas. Además, llamaba a hacer la yihad y a cometer acciones violentas.

La investigada es una mujer apátrida de 26 años, cuyo hermano murió en Libia en 2016, tras unirse a Daesh como combatiente. Este hecho, según los investigadores, pudo influir de manera determinante en la radicalización de la joven.

LIBIA - MAS DE 40 MUERTOS EN UN BOMBARDEO DE ESTADOS UNIDOS CONTRA EL ESTADO ISLAMICO.

Operación de EEUUcontra Daesh en Libia en 2016.

En el auto del juzgado se señala que el proceso de radicalización de la mujer empezó en 2015, y se asegura que después de la muerte de su hermano la investigada continuó manteniendo contacto con los compañeros de este, además de con otras personas que están siendo investigadas en Alemania por pertenencia a organización terrorista.

Termina la fase de instrucción

Las pesquisas las ha llevado a cabo el Juzgado Central de Instrucción número 2, desde donde se ordenó el registro de dos domicilios de la acusada en Ciutadella, así como de otro domicilio familiar en Elda (Alacant).

El juzgado cerró la instrucción el pasado mes de junio a partir de todo el material incriminatorio reunido por los investigadores, por lo que ahora la Fiscalía deberá formular su acusación. Por su parte, la defensa ha impugnado esta decisión, pidiendo el archivo de la causa, aunque el recurso se ha desestimado, dando luz verde a que la joven sea juzgada.

1 | Difusión de vídeos de propaganda yihadista en Telegram

La investigación de la Audiencia Nacional constata que la joven llevó a cabo una intensa actividad de difusión de propaganda yihadista en las redes sociales, especialmente a través de grupos de Telegram, donde publicaba vídeos.

En uno de los registros, los agentes encontraron un teléfono con restos de archivos incriminatorios, aunque los originales los había borrado. Además, se hallaron contactos en redes de propaganda yihadista.

Asimismo, en otro teléfono localizado en el domicilio familiar de Elda, se encontraron miles de imágenes y vídeos con iconografía y propaganda del Estado Islámico, así como de medios de comunicación afines a dicha organización, que llamaban a hacer la yihad. En estos mensajes, según el auto del juzgado, se hablaba de violencia explícita, y estaban «especialmente elaborados para el adoctrinamiento de sus consumidores».

Los investigadores también encontraron en uno de los terminales más de 150 ‘nasheeds’ —cánticos yihadistas—, en los que de manera explícita se llamaba a cometer atentados y a hacer la yihad, a la vez que se loaba a los terroristas fallecidos en nombre de la causa.

2 | Incitación a la realización de actos terroristas

La investigación del Juzgado Central también constata que la joven incluso se había llegado a plantear la comisión de acciones terroristas por sí misma, puesto que su identificación con los postulados del Estado Islámico era total.

En este sentido, en numerosas ocasiones se interesó por chalecos y cinturones de explosivos, así como por el manejo de armamento. También mostró interés por objetos de doble uso, como drones o una pulsera táctica con navaja oculta.

Además, en una de las conversaciones detectadas, la joven aseguraba haber animado a un hombre a ponerse un cinturón de explosivos, al cual también habló de su propia muerte. «Que Alá esté satisfecho de mí, me da igual todo lo que preceda a ese momento, que se trate de una bomba o de una cosa mala», le dijo.

En otra de las conversaciones que se citan en el auto, la mujer animaba a otro hombre a rezar para entrar en el paraíso, aunque le advertía de que «no es gratis». «¿No quieres inmolarte conmigo?», le preguntaba a continuación, para después recordarle que «en el paraíso hay muchas doncellas».

3 | Medidas de seguridad para evitar su detección

En la investigación también se destaca que la mujer adoptó muchas precauciones para evitar que su actividad de apoyo a la lucha yihadista fuera detectada. Entre ellas, los investigadores señalan que borraba de manera habitual sus conversaciones más comprometedoras, y usaba un lenguaje convenido para intentar ocultar el contenido de sus comunicaciones. También hacía servir nombres ficticios en las redes sociales y en las distintas aplicaciones para dificultar su rastreo, e incluso llegó a destruir físicamente algunos de sus dispositivos.

4 | Captación de personas para el Estado Islámico

Los investigadores también concluyen que fruto de toda esta actividad, la mujer llegó a captar, al menos, a siete personas, hombres y mujeres, a los que daba instrucciones sobre cómo actuar para evitar que fueran detectados por la policía.

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El apunte

Los agentes registraron dos domicilios en Menorca

Durante la investigación, el Juzgado Central número 2 de la Audiencia Nacional ordenó el registro de dos domicilios de la acusada en Ciutadella, así como de otro domicilio familiar en Elda (Alacant).

En el caso de los pisos de la ciudad del poniente insular, los agentes encontraron un teléfono con restos de archivos incriminatorios, aunque los había borrado, así como contactos en redes de propaganda yihadista. En Elda también encontraron un terminal con vídeos de Daesh.