Rodolfo Sancho padre de Daniel Sancho.

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El actor Rodolfo Sancho visitó este martes a su hijo, Daniel Sancho, en la prisión de la isla tailandesa de Samui dos días antes de que se haga pública la sentencia contra el joven español al que el fiscal acusa como presunto autor del asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta.

Rodolfo Sancho, que llegó a Tailandia el pasado fin de semana, acudió esta mañana a la cárcel de distrito de Samui y pudo visitar a Daniel Sancho durante unas tres horas, según confirmaron a EFE fuentes cercanas al actor.

El abogado español Marcos García Montes, que forma parte del equipo de la defensa en España junto a los criminólogos Ramón Chipirrás y Carmen Balfagón, que también se encuentran en Samui, acompañó a Rodolfo Sancho durante la visita.

Mientras que las visitas diarias a las que tienen derecho los presos son de 15 minutos, las de los abogados y embajadas disponen de tiempo ilimitado.

Daniel Sancho, de 30 años, conocerá este jueves en el Tribunal Provincial de Samui la sentencia contra él tras ser juzgado en esa misma corte entre el 9 de abril y el 2 de mayo.

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El joven español lleva en prisión provisional en Samui desde el 7 de agosto del año pasado, dos días después de ser detenido oficialmente en la cercana isla de Phangan, donde fue perpetrado el crimen.

El actor, que habla regularmente con su hijo por videoconferencia, le visitó por última vez el pasado mayo tras la conclusión del juicio, que despertó una enorme atención mediática.

Chipirrás y Balfagón, que actúan como portavoces de Rodolfo Sancho dijeron hoy a EFE que confían en la Justicia tailandesa y que esperan «que la sentencia recoja lo que se vio en el juicio».

Durante el juicio, celebrado a puerta cerrada, el acusado y su equipo de defensa sostuvieron que la muerte de Arrieta se debió a un accidente durante una pelea y que el español actuó en defensa propia ante un supuesto intento de agresión sexual.

El fiscal, Jeerawat Sawatdichai, trató de probar por su parte mediante decenas de pruebas y testigos, incluida grabaciones de la compra de cuchillos y una sierra, que Sancho planificó los días previos el asesinato y descuartizamiento de Arrieta, de 44 años, cuyos restos fueron encontrados en varios lugares de Phangan, incluido el mar.