Imagen de archivo de agentes de Policía por la zona de la Playa de Palma. | A. Sepúlveda

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Lejos de Mallorca. Esta es la decisión que ha tomado un juez de Instrucción de la capital balear sobre tres conocidos carteristas rumanos de la Playa de Palma tras ser arrestados una vez más por agentes de la Policía Nacional y la Local. Su última víctima, una turista alemana a la que abordaron por la espalda y le robaron al descuido varias pertenencias que portaba en una riñonera.

El abogado que asistió a los tres delincuentes en el juzgado de guardia ha recurrido la medida cautelar que tomó el magistrado, que se apoyó en la petición de destierro solicitada por el Ministerio Fiscal dado el amplio historial de delitos cometidos con el que cuentan los sospechosos.

El último episodio, y el que les ha costado la orden de alejamiento de la Isla, tuvo el viernes día 6 sobre las 22.30 horas. Una patrulla de la Policía Local de paisano que circulaba por la calle Llaut observó a los tres hampones, conocidos por distintas actuaciones este verano, por la zona. Poco después uno de ellos se acercó a una mujer y le abrió la riñonera que llevaba en la parte trasera de la espalda para hacerse con varios efectos personales de la misma. Dichos objetos fueron entregados a otro de los ladrones. El tercero realizaba tareas de vigilancia.

Los agentes se apearon rápidamente del coche y solicitaron colaboración a la Policía Nacional. Los funcionarios interceptaron en el mismo lugar a los carteristas y procedieron a su arresto, dada las evidencias que tenían de que habían cometido un delito. La víctima del robo reconoció como suyos los efectos que les fueron encontrados a los delincuentes en el momento de la detención.

Los policías dejaron constancia en su atestado que esos mismos carteristas habían sido arrestados varias veces en las últimas semanas. Sin ir más lejos dos días antes, el 4, así como el 21 de agosto y el 13 del mismo mes. Al día siguiente, el pasado sábado, fueron puestos a disposición judicial en Vía Alemania y el magistrado que se encontraba de guardia ordenó el destierro de Mallorca de los tres delincuentes rumanos.