Vito Aníbal apenas tenía familia en Portugal y se llevaba mal con ellos. Bebía en exceso y se sospecha que consumía otras sustancias prohibidas. Sin oficio ni beneficio, pasaba los días visitando un solar próximo, donde nadie sabía muy bien qué hacía. No podía conducir su Volvo porque había perdido el carnet tras ser sorprendido ebrio al volante, pero su suegra Erika, que se desvivía para que hubiera armonía familiar, le acompañaba a los recados que le surgían. Que eran escasos.
El miércoles por la tarde, sobre las siete, Vito Aníbal sufrió otro de sus habituales ataques de furia. Estallidos coléricos que tardaban en calmarse. En esta ocasión, como en otras, se quejó de que no tenía dinero y que quería beber alcohol. En la casa solo estaba Erika. Andrea estaba fuera, trabajando. El portugués, cegado por la furia, se lanzó sobre la anciana y le pateó repetidamente en la cabeza, hasta destrozarla. Los gritos de la mujer alertaron a un vecino, que llamó a la policía.
Cuando la primera patrulla llegó a la finca se encontró con una escena dantesco. Había sangre por todas partes y Erika yacía sin vida, en el suelo del garaje. El agresor seguía en la casa, como ido. Ausente. No ofreció resistencia. En un principio se temió que la hubiera matado con un hacha que había en las inmediaciones, pero luego se descartó esta idea. La había asesinado a golpes.
La casa quedó precintada y la Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación. El detenido, que se negó a declarar, fue trasladado al cuartel de Campos, a la espera de declarar ante el juez de Manacor, presumiblemente hoy por la mañana. Algo no cuadra en el macabro homicidio de la Colònia de Sant Jordi: ¿Cómo es posible que un maltratador denunciado que durante 22 años había vejado a su mujer siguiera viviendo con ella y su suegra?
3 comentarios
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Los que dan pena son los jueces en España
«Las sombras». Ellas, por pena o por miedo, le dejaron vivir en la casa, porque según él no tenía donde ir, le ha pagado de esa manera. Cuando un hombre maltrata a una mujer, esta, nunca le debería perdonar, cosa que ocurre más veces de las que nos creemos.
Y el sinvergüenza andaba libre, si hubiera estado en la cárcel años, no hubiera cometido ese crimen, porq mucho centro de rehabilitación y vuelven a las andadas, pobre mujer, D.E.P