Durante los primeros días, la Policía Nacional tomó declaración a todos los testigos de esa tarde, además de triangular y recopilar toda la información posible desde teléfonos móviles y cámaras de seguridad. «Intercambiamos mensajes totalmente normales, me dijo que se iba a tomar algo, hablamos sobre el tiempo, el frío que hacía, no hubo nada extraño», explicó su madre.
A partir de ese momento, los investigadores del Grupo de Homicidios trabajan con la hipótesis de que la chica, tras indagaciones realizadas, estaría en Son Reus. Según información oficial facilitada por la Policía Nacional todo apuntaría a un fallecimiento de etiología accidental, descartando, según todos los indicios, la participación de terceras personas, continuándose en estos momentos con las labores de búsqueda.
Su amistad con Malén Ortiz
Agostina Rubini Medina y Malén Ortiz Rodríguez eran amigas. Las dos jóvenes desaparecidas, la primera en Palma desde hace diez días y la segunda en Son Ferrer desde hace once años, iban a la misma escuela de primaria del municipio de Calvià y las dos eran de origen argentino. «Mi hija Malén era muy amiga de la hermana de Agostina y, como es normal, también tenía vínculos con ella, a pesar de que Malén era un poco mayor», ha explicado la progenitora de Malén Ortiz.
Según parece, Agostina, que es una joven solidaria y comprometida, acudió a alguna de las manifestaciones y concentraciones que se llevaron a cabo en los primeros meses en Santa Ponça, pidiendo la vuelta de Malén a casa. El caso de Malén lleva años estancado, a pesar de que su madre sigue luchando para que los investigadores obtengan resultados. La Guardia Civil ha investigado a decenas de personas y ha destinado ímprobos esfuerzos para esclarecer la desaparición de la joven, aunque de momento no hay resultados.