El número de víctimas mortales sigue creciendo este jueves, cuando continúan las labores de búsqueda entre los restos. | Manuel Bruque

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Las víctimas mortales por el paso de la DANA en España ascienden ya a 155 mientras continúa la búsqueda de desaparecidos. En la última actualización de los registros de fallecidos de la Generalitat Valenciana aumenta la cifra al mismo tiempo que se sitúa alrededor del medio millar el número de personas que se encuentran en albergues aunque no se ha establecido por el momento una lista definitiva de desaparecidos. La cifra de fallecidos por la gota fría en todo el país alcanzar los 158 teniendo en cuenta las víctimas de Albacete y Málaga.

Desde última hora de este martes se activó el Procedimiento de Múltiples Víctimas, que está realizando los balances facilitados a través de la información recibida de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad y emergencias, según ha detallado el CECOPI.

En este momento, y de forma provisional, la cifra de víctimas mortales asciende a 155 personas en la Comunitat Valenciana. Las autoridades continúan el proceso de levantamiento e identificación de las víctimas.

La Generalitat ya ha habilitado Feria Valencia para trasladar los cuerpos de personas fallecidas. Hasta el momento, los cuerpos recuperados están siendo remitidos a la Ciudad de la Justicia de Valencia, donde se ha vaciado y puesto a disposición un sótano completo del aparcamiento para su recepción, como paso previo a la práctica de las correspondientes autopsias y los trabajos encaminados a la identificación de las personas fallecidas.

Más de 200.000 personas siguen sin teléfono y casi 40.000 están aún sin luz en la provincia de Valencia por los efectos de la dana, que mantendrán inhabilitada la vía de alta velocidad ferroviaria entre Madrid y Valencia por dos a tres semanas, además de las severas restricciones que hay en las carreteras.

Alrededor de 125.000 clientes de telefonía fija continúan afectados por las consecuencias de la dana que comenzó en la noche del martes, lo que supone alrededor de un 55 % de los 220.000 inicialmente afectados tras haberse recuperado el servicio de unos 95.000, según ha informado este jueves el Ministerio de Transformación Digital y Función Pública.

En el caso de la telefonía móvil, se mantienen afectados en torno a 77.750 clientes de estos servicios, después de que se haya recuperado el servicio de unos 78.000 clientes de móvil, algo más de un 30 % del total que inicialmente se quedó sin conexión.

Las operadoras de telefonía continúan trabajando para restablecer el servicio en las zonas afectadas por ese fuerte temporal en coordinación con las autoridades de emergencias.

En cuanto a la luz, la empresa distribuidora del grupo Iberdrola, i-DE, ha conseguido reponer ya el suministro eléctrico a más de 114.000 clientes en la provincia de Valencia, casi el 75 % de los que lo vieron interrumpido por los efectos de esta gota fría. La compañía dijo que continúan trabajando para recuperar el servicio a medida que pueden ir accediendo a las instalaciones afectadas. Barrios enteros con treinta centímetros de lodo, centenares de coches apilados por cada acera, muebles en las avenidas, agua a presión, vehículos en el mismo cauce del barranco del Poyo -el causante de toda la destrucción- o la gente pidiendo agua por las calles son algunas de las imágenes del "día después" de la dana en Paiporta.

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Existe tanta destrucción que, a los pocos minutos de entrar en la zona cero de la tragedia, uno parece acostumbrarse a la devastación. Pero el sentimiento de dolor que irradian las calles de Paiporta muestra la magnitud de un temporal de lluvias que ha dejado aquí medio centenar de víctimas mortales, dentro de los 155 que, por el momento, ha sufrido la provincia de Valencia.

Son continuos todavía los retenes de los coches fúnebres que llegan acompañados de un vehículo policial, lo que ratifica que la tragedia todavía no ha acabado en un municipio anegado por el barro a causa del desbordamiento del barranco del Poyo, que dejó hasta doscientos centímetros de agua en algunas calles.

Sin embargo, el barranco yace ahora tranquilo, con un pequeño caudal que no recuerda en absoluto la barbarie provocada. Empero, si uno aleja un poco la mirada del agua ve que a los lados del cauce lucen amontonados un número indeterminado de coches, totalmente empotrados contra las laderas del barranco.

La magnitud de la devastación la miden también las ruedas de un tráiler incrustado en la cuenca del barranco y que exhibe la fuerza con la que la corriente llegó a transitar por Paiporta. «Es como si fuera un videojuego», comenta Sergio, uno más de los 25.000 vecinos de la población valenciana que llora la pérdida de una cuarentena de sus vecinos.

La localidad de Paiporta, ubicada a apenas diez kilómetros de la capital valenciana, concentra un gran número de personas fallecidas, alrededor de 45 según los cálculos municipales, mientras que en las pedanías de La Torre y Castellar se han contabilizado 13, de ellas 8 en un garaje.

Paiporta, a unos cinco kilómetros al sur de València, recibió, a través del barranco del Poyo, todo el agua que había ido cayendo durante la tarde de este martes, más de 630 l/m2, según un observatorio de Turís, y 490 l/m2 en Chiva, algo más hacia el interior de la provincia.

Como relatan varios testimonios, en apenas cinco minutos el agua en el municipio valenciano pasó de tener dos dedos a cubrir más de metro y medio, llegando incluso a dos metros en algunos puntos. Esa situación se alargó desde las 20 horas de la tarde del martes hasta la 01.50 horas ya del miércoles, arramplando el agua con todo lo que tuvo a su paso.

Ahora, en las 48 horas después de la tragedia, el pueblo trata de asimilar y procesar toda esa tragedia, aunque lo hace mientras intenta habilitar las calles para que vehículos de emergencia puedan acceder y pese al dolor, como Vicente y Amparo, que lamentaban que en su calle había fallecido una persona y otra, en la perpendicular.

El gran problema ahora del municipio es el agua potable y la comida, lo que ha provocado que, en la tarde de este miércoles, miles y miles de personas hayan emprendido su camino a pie desde la ciudad de València para llevar botellas y garrafas de agua embotellada para la población de Paiporta y también para Catarroja, Albal, Sedaví o el barrio valenciano de La Torre.