El torrente de Bunyola, al límite de su caudal.

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El torrente de Bunyola alcanzó los límites de su capacidad y su desborde parecía ser inminente durante la tarde de este viernes. Una circunstancia que llevó al Ajuntament de Bunyola y a las autoridades a recomendar no acceder al Hospital Joan March desde la carretera de Sóller, por la rotonda de Raixa, haciéndolo como única alternativa por la zona del Pla de Sa Coma, por la carretera que une Palmanyola con Santa Maria, que posteriormente se cortaría entre los kilómetros 0 y 3.

La fuerza del agua en ese tramo, que se desbordaba al pasar en dirección a Palmanyola y ha inundado los campos próximos, comprometía especialmente el pequeño puente que da acceso a la zona de Sa Coma, antes de la vía del tren de Sóller. Ante la delicada situación, Policía Local y Protección Civil tomaron cartas en el asunto ante el peligro de derrumbe para asegurar la estructura y evitar daños materiales.

Esa vía, en mal estado y estrecha, soporta diariamente una elevada densidad de vehículos por ser la principal vía de acceso al Hospital Joan March para el transporte público (línea 303), trabajadores y vecinos de la zona, a los que se suman los camiones y demás vehículos que trabajan en las obras de gran consideración que se desarrollan en Sa Coma y en las proximidades del centro hospitalario.

Pese a la limpieza de la zona reciente por parte del Ajuntament de Bunyola, la fuerza y el caudal del agua, unida al mal estado de ese pequeño puente que pasa por encima del torrente preocupa sobremanera mientras caigan fuertes precipitaciones.

Entrada la noche, los efectivos de Protección Civil, Policía Local de Bunyola y Bombers de Mallorca, viendo que el caudal del torrente decrecía, reabrieron el paso y devolvieron la normalidad a esa zona, pese al recelo de los vecinos, que reclaman una estabilización y refuerzo de ese puente sobre el torrente.