Tal y como detalla la Fiscalía, los tres procesados, dos españoles y un uruguayo, ofrecieron a una de las víctimas entrar en el negocio de la venta de la droga. Le pidieron para ello dinero por adelantado y se negó. Tiempo después, el 12 de enero de este año, lo llevaron a una casa abandonada y lo amordazaron exigiéndole una deuda no contraída. Uno de los enjuiciados sacó una pistola y se la puso en la cara. Después de ese episodio lo condujeron a casa de su madre, en Portocolom. Allí la víctima, mientras permanecía encañonada, buscó objetos de valor, no encontrando nada. Tras esto fueron a casa de su abuela y la anciana les plantó cara y se negó a darles lo que habían ido a buscar, un valioso reloj.
Este perjudicado, en su denuncia ante la Guardia Civil explicó que ese mismo grupo meses atrás se vio envuelto en un suceso parecido. Los agentes confirmaron que habían amenazado con el arma de fuego a otro vecino de la localidad, que al parecer también les debía dinero. Los hechos ocurrieron durante el puente de la Constitución. Obligaron a la víctima a ir de madrugada al negocio de su familia, donde se apoderaron de 1.000 euros y 300 gramos de oro. En el registro en una de la vivienda de los procesados hallaron un fusil Ak-47, con el que amenazaron a las víctimas.
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