En un aparcamiento de un edificio de Palma se declaró un incendio y los vecinos, alarmados, llamaron primero a la policía y después al presidente de la comunidad. Este último no debía destacar por ser un trabajador infatigable, porque cuando le explicaron lo ocurrido se mosqueó: «¿Qué pasa? ¿Que me tenéis que molestar por cualquier cosa?».
El presidente de la comunidad que era un poco vago
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