Las familias gitanas se habían apoderado de las calles montando carpas y hogueras. | Policía Local de Palma

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La barriada palmesana de Camp Redó, conocida popularmente como 'corea', no deja de sorprendernos. En la madrugada del 25 al 26 de diciembre, la Policía Local de Palma irrumpió en una fiesta ilegal organizada en plena calle y desmanteló la infraestructura que habían montado los clanes gitanos para tal ocasión. Una vez más, los integrantes de estas familias quisieron demostrar una vez más que pueden hacer lo que quieren en su barriada, pero chocaron de frente contra una contundente y efectiva actuación policial.

Los hechos se remontan a la segunda fiesta de Navidad cuando en la calle Castillo de Olite, la Policía Local de Palma fueron requeridos para intervenir en la zona ante una grave falta de civismo y problemas de convivencia. A la llegada de los primeros efectivos se encontraron un panorama surrealista. Varias carpas montadas en plena calle privatizando así los lugares de uso público, dos barbacoas a pleno rendimiento, un altavoz de grandes dimensiones con la música a todo volumen reproduciendo flamenco mientras más de 15 personas bailaban y otras 20 tocaban las palmas.

En orden a lo establecido en la Ordenanza Reguladora de Uso Cívico de Espacios Públicos (ORUCEP), se procedió a cumplimentar un acta por deterioro grave del entorno por parte de un grupo de más de 15 personas con música y hogueras. También se aprovechó la ocasión para denunciar a dos vehículos por carecer de seguro y se formularon tres denuncias más por no haber pasado la correspondiente ITV.

Tras ordenar la retirada de hogueras, carpas y altavoces, el espacio quedó a disposición del resto de ciudadanos. Desde la Policía Local recuerdan que, en pro de la pacífica convivencia entre la ciudadanía, no se permite el uso arbitrario de espacios públicos sin la correspondiente autorización. Por otra parte, vecinos de las barriadas de Son Gotleu, La Soledad, Pere Garau, Son Roca y Camp Redó, entre otras barriadas, solicitan a las autoridades competentes un mayor control para evitar los actos incívicos de algunos vecinos que impiden el descanso de las personas con música muy alta, gritos y ruidos durante diferentes madrugadas de estos días festivos.