La semana okupa que puso en jaque al sector hotelero

De cómo una mafia de intrusos ha okupado un apartahotel de Cala Bona y ha extendido el miedo entre los hoteleros

Mohamed, uno de los okupas del apartahotel de Cala Bona. | ALEX SEPULVEDA

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"¿Y si les da por entrar en un hotel cerrado? En Mallorca, en estas fechas, hay miles". El sector hotelero está en jaque. La inesperada e inédita okupación del apartahotel 'Sol y mar' en Cala Bona ha extendido la preocupación entre los empresarios, que han calificado el golpe de 'devastador'. Si el asalto crea un precedente, las consecuencias económicas serían desastrosas. La Guardia Civil y la Policía Nacional, en la Part Forana y Palma y Manacor, están en máxima alerta.

Hasta la fecha, las okupaciones en la Isla eran tan frecuentes que estaban a punto de dejar de ser noticia. Pero se limitaban a pisos, chalets o fincas. Nunca antes se habían atrevido con el motor de Balears: el turismo. La entrada en el establecimiento de Cala Bona ha supuesto un punto de inflexión y ha sembrado el temor entre muchos pequeños y medianos empresarios: "Si no sacan a esos okupas se creará un precedente muy peligroso. Nos acercamos a Semana Santa y no puede haber este clima de inseguridad".

Otra fuente consultada explica: "Nosotros estábamos acostumbrados a que en invierno, con casi toda la planta cerrada, había muchos robos. Era algo tristemente habitual. Pero lo de Cala Bona es otra cosa. Es muy grave".

Sin embargo, son muchas las dudas que afloran tras la okupación del 'Sol y mar'. Muchos de los implicados son vecinos de Palma, así que la pregunta es evidente: ¿Por qué han elegido Cala Bona para buscar su nueva residencia? Los investigadores tienen claro que se trata de una mafia de okupas, perfectamente organizada. Un detalle los delata: los 'resistentes' (como se autocalifican) reciben a diario avituallamiento del exterior (agua, comida y ropa de abrigo).

Una de las claves es aclarar si eligieron al azar el establecimiento o si iban a por encargo. También hay que dilucidar si algún poderoso clan gitano de la zona costea la expedición al 'Sol y mar'. Y por qué. Pero lo más grave son las acusaciones cruzadas entre el administrador y la propiedad, que coincidieron el sábado con el fin de la okupación. Hay, en definitiva, demasiadas incógnitas aún por despejar. Y una certeza: ya nada volverá a ser igual en el sector hotelero mallorquín. La sombra de la okupación es alargada.