Soufian Ouchene, hermano de la mujer asesinada en sa Pobla, este jueves en la Audiencia de Palma antes del juicio con jurado popular. | Guillermo Esteban

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Han transcurrido tres años y ocho meses desde que Ali Khouch mató a su mujer, Warda Ouchene, y a su hijo, Mohamed, estrangulándolos en su casa de sa Pobla. Soufian, hermano de la mujer, comentó a las puertas de la Audiencia de Palma que este jueves fue un día duro y que la familia está de acuerdo con la pena de prisión permanente revisable. «Bueno, si hubiera pena de muerte, mucho mejor, pero como no existe en España...», matizó.

El hombre, que en 2020 vivió una temporada con el matrimonio, manifestó ante el jurado que los familiares sospechaban que Ali tenía problemas con las drogas.

–¿Sabe si Ali insultaba y trataba mal a Warda?– preguntó el letrado de la acusación particular.

–Sí, mi madre, que vivió durante un mes con ellos en 2021, me contó que incluso le escupía.

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–¿Puedo hacer una pregunta al acusado?– dijo a la presidenta del tribunal el hermano de Warda.

–No se puede dirigir a él, no se puede dirigir a él.

Otro hermano de la víctima recordó que a Ali le gustaba mandar. «Se comportaba como si fuera el alcalde de la casa», aseguró.

La trabajadora social que atendió la víctima relató que le contó algunos altercados con su marido por temas económicos y que sospechaba que tenía problemas con el alcohol y las drogas. «Me dijo que si fuera por ella no quería tener ese hijo».

Las médicas forenses que realizaron las autopsias de los cuerpos de la mujer y de su hijo apuntaron que en el caso de Warda la lesión fue mucho más intensa. «La agonía de la víctima fue prolongada, es una muerte lenta, la situación de no tener aire para respirar es especialmente angustiosa». El juicio continúa hoy.