Según fuentes policiales, los detenidos habrían captado a una persona en situación irregular con grandes dificultades económicas y la trasladaron hasta Mallorca con falsas promesas de cursos de formación, obtención del carné de conducir y regularizar su situación legal en España, a cambio de trabajar en su finca de «alto standing» en un municipio de la Isla.
Una vez en la finca, los sospechosos le mostraron un cobertizo en ruinas alejado de la casa principal y alojaron allí a la víctima. El afectado realizaba jornadas laborales diarias de 16 horas y sin día de descanso, llegando incluso a tener que levantarse de la cama por la noche si había ruidos en la finca, para comprobar si todo estaba correcto. Además tenía prohibido salir de la misma sin permiso de los propietarios.
El primer mes de trabajo únicamente le pagaron 200 euros, el segundo mes 400 euros y a partir de ese momento 600 euros, hasta que hace unos seis meses la víctima se quejó debido a las condiciones laborales y le aumentaron 100 euros mensuales, recibiendo desde ese momento 700 euros.
El denunciante estuvo trabajando en condiciones de semiesclavitud para los arrestados unos 21 meses realizando labores de jardinería, limpieza del hogar, camarero, entre otras cosas. Ahora a los dos detenidos se les acusa de trata de seres humanos para explotación laboral, favorecimiento de la inmigración irregular y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.