BINISSALEM

«Mi hija y yo hemos vuelto a nacer, las placas del pabellón se nos venían encima»

Jessica Camí cuenta cómo vendaval que este lunes azotó Binissalem ha causado grandes destrozos en su vivienda

Jessica Camí señala el pabellón de Binissalem que se encuentra pegado a su vivienda. | Pilar Pellicer

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Jessica Camí observa a los operarios que retiran las planchas de plástico y aluminio que cubren el pabellón Antoni Ladaria del polideportivo de Binissalem. La mujer, que vive en una planta baja situada en la calle Pintor Bestard, pegada al recinto deportivo, cuenta que este lunes salió de trabajar y fue a recoger a su hija pequeña, de un año, a la guardería.

«Llegué a mi casa, aparqué el coche y al abrir la puerta empecé a ver que se nos venían todas las placas del pabellón encima. Le di gas al coche, no sabía dónde iba... Mi hija y yo hemos vuelto a nacer», explica Jessica, este martes, en el salón de su domicilio. «Empecé a ver que las placas me adelantaban por los lados… yo sabía que no era un temporal de lluvia normal», recuerda.

La mujer asegura que si hubiera bajado del coche con su hija cinco segundos antes hubiera recibido el impacto de las placas. «Por eso digo que hemos vuelto a nacer, podría haber sido una tragedia. Y menos mal que los niños no habían salido aún del colegio».

Jessica hace tiempo que se queja del mal estado del pabellón municipal. «No tiene sentido que esté pegado a una casa. No puede ser que esté forrado con plástico y aluminio porque pega un vendaval y enseguida sale volando», añade.

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Hace una semana que la mujer acudió al Ajuntament de Binissalem para quejarse por el estado del pabellón e insistió en que algún día caería. «Los técnicos me dijeron que no veían ningún tipo de peligro porque cumplía con todas las normativas de seguridad», escribió en Facebook. «Pues aquí tenéis el resultado. Hace meses que estoy recogiendo firmas insistiendo en que esto es un peligro. Los perjudicados somos nosotros, no los que están al otro lado firmando y diciendo que todo está correcto».

Jessica aparcó a dos calles de su casa y llamó a su familia para pedir auxilio, preocupada porque su abuela estaba dentro de la vivienda y su perro se escapó. «Fue una situación de mucha angustia», lamenta.

El vendaval que azotó Binissalem ocasionó graves desperfectos en su casa. «Tenemos todo el techo destrozado, los costes se van a unos 10.000 euros, aproximadamente».

-¿Cuál es la solución?

-Que quiten el pabellón o que lo rebajen a una altura de vivienda y que se puedan realizar actividades para niños y sea seguro para todos.