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El fotógrafo Manuel Outumuro desveló los mejores shootings de las colecciones de final de carrera Fashioners of the World 2020, meses después del desfile anual de graduados del IE/DBarcelona Escuela Superior de Diseño. Debido al contexto del confinamiento, los estudiantes del título de grado en Enseñanzas Artísticas Superior de Diseño de Moda y del BA (Hons) in Fashion Design dispararon sus shootings en condiciones excepcionales, lo que confiere un valor especial a sus trabajos realizados desde sus casas.

Pilar Pasamontes, mi maestra y directora científica de moda del IED Barcelona, y Julia Weems, directora de la escuela de moda, visitaron a Outumuro en su estudio, ubicado en el emblemático Palau Fonollar de Barcelona, para hablar sobre el proceso de trabajo y los resultados, así como para dar a conocer las propuestas galardonadas. Outumuro, que ya era grande en los años ochenta, resaltó el nivel de los trabajos recibidos. No es fácil hacer una foto de moda; es fácil hacer un selfie, advirtió. Hoy todos nos creemos fotógrafos porque una foto nos sale bonita, y no. Ser fotografo es una profesión seria, un arte serio para el que hay que prepararse desde el don que tiene personalidades como el propio Outomuro, Ferrater, Vallhonrat, Javier Inés, que eran los que entonces ya triunfaban.
El primer premio ha recaído en Laura Pérez por su shooting de la colección Atila. «El limbo blanco que ha utilizado enfatiza y pone el contrapunto gráfico a esta colección, que me encantó también en todo lo que se refiere a la indumentaria y los complementos», explica Outumuro. Debido a la alta calidad de los shootings presentados, el fotógrafo quiso también otorgar un segundo y tercer premio a Hekla, de Margarita Dalit, y Ser, de Sofía Adell, respectivamente. De Hekla subrayó su «cierta nostalgia y aspecto posindustrial», mientras que la propuesta de Sofía Adell destaca porque «la atmósfera de intimidad, de confortabilidad en la prenda, está muy bien reflejada en el shooting».

Les cuento todo esto porque es inaudito ver cómo los jóvenes estudiantes de moda se las ingenian para sobrevivir creando belleza desde donde sea, porque El Gatopardo somos un poco todos. ¡Viva la moda, que diría la Pasamontes! Por cierto, siempre ha sido y es la gran dama de Barcelona, la que devolverá con sus complementos la magia a la ciudad hermana.