Luces que por cierto se encendieron en Palma con las calles del centro llenas a rebosar. Las vivimos mejor desde las terrazas del Hotel Nivia del Borne, un lugar acogedor y elegante, perfecto para disfrutar de unos cuartos recién hechos y de un chocolate calentito pues la noche era fría. La convocatoria no podía ser más acertada, y la tarde noche más deliciosa, aunque las luces tardaron más de la cuenta en encenderse, no para nosotros los adultos, sino para los niños, que se acuestan pronto. Hay que pensar en ellos, no en las noticias de la tele.
En fin, las terrazas del Hotel Nivia merecen una visita detenida, pues dan sobre los árboles del Borne, y en su parte trasera, que da a la fachada de la Seu, parece que se puede acariciar con la mano. Un gusto increíble sentirte en el corazón de nuestra ciudad, en una época del año tan especial. Pienso que es muy importante que los mallorquines disfrutemos de nuestros hoteles más a menudo, sea para pasar unos días o para desayunar, almorzar, cenar o tomar una copa.
Entrar en ellos es como viajar, se lo aseguro. Que de hoteles sé un poco. Y de recibir en casa también, y ya les conté que ahora lo que está muy in es recibir a gente diversa con mucho que contar, mientras tomamos algo refrescante, y a la par que nos divertimos, aprendemos lo más.
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