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Lo que fue diferente y aleccionador fue el coloquio organizado por Bel Font, directora de la Galería A, entre los artistas Joan Cortés y el malagueño Emmanuel Lafont. Se habló de arte, y también de la influencia que las redes ejercen sobre el mundo que lo rodea, se hablo de presión y miedo al vacío y al fracaso desde dos puntos de vista cardinales. Sin embargo, para mí el momento más bonito y generoso de la tarde llegó cuando Lafont reconoció que se había enamorado del arte contemporáneo gracias a una obra de Cortés que había conseguido llegarle al alma.

Desde entonces solo convive con obra de este artista genético que ha conseguido labrarse una carrera consistente sin traicionarse jamás, al menos que yo sepa. Bel estaba exultante, de hecho lo está desde que 6 A celebra su 40 aniversario como galería y como taller de grabado. 40 maravillosos años al servicio de los artistas más relevantes. No faltó el gran Ramón Canet, el único que tiene obra, creo yo, en las casas más exquisitas artísticamente hablando de la Isla. Hay un cuadro en casa de Cristina Macaya jr. en Nueva York que me fascina. Podría estar horas observado esta pieza que vive en el Soho tan feliz. Por cierto, Cristina Macaya madre ha pasado unos días en Marrakech feliz acompañada de sus hijos y sus amigos, los Jakober, Ben y Yannick Vu y la actriz Marisa Berenson. Las tres están tan guapas como siempre.