Todos los niños entusiasmados posan con sus dibujos. | Jaime Verd

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Gestionar una entidad como el Círculo Mallorquín tiene una agradable dificultad, según recuerda siempre su presidente Ignacio Deyá, y es la de lograr la convivencia y plena satisfacción de socios de todas las edades y generaciones, a quienes hay que atender día a día, lo que no es fácil, aunque en estas fiestas navideñas uno de los momentos más celebrados es el de la tradicional chocolatada con la que se agasaja a los socios más jóvenes, aquellos que entre los cuatro y los doce años participan con una creatividad artística extraordinaria en el concurso infantil de felicitaciones navideñas.

Fiesta en la que no tiene precio ver la ilusión con la que los participantes, no menor que las de sus padres y abuelos, esperan el difícil veredicto del jurado que tiene la papeleta de elegir los seis dibujos premiados, tres por cada categoría, y que en esta ocasión presidió la joven pintora que con tanto éxito está exponiendo actualmente en el Rialto Leaving, Carlota Bauzá de Mirabó, que con su simpatía y naturalidad, ayudada por su hermana y también artista, Sofía, y por nuestro fotógrafo Jaime Verd, supieron llevar el mal momento que les supuso tener que descartar a unos artistas frente a otros, todos ellos, sin duda, merecedores de los «importantes» cheques regalo de El Corte Inglés por los que cada año compiten con alegría e ilusión estos simpáticos y divertidos socios infantiles del Círculo Mallorquín, lo que se refleja en el entusiasmo e imaginación con la que representan y plasman sus ilusiones navideñas en auténticas obras artísticas, utilizando variedad de materiales y colores para crear las tarjetas más especiales.

Se otorgaron tres premios para los participantes de la Primera categoría, entre 8 y 12 años, recibiendo el primer premio el ya «veterano» Toni López Dezcallar, siendo segundo Nicolás Romero Steegmann y el tercer ganador Coque Dezcallar Morell, y otros tres premios, entre los de 4 y 8 años, para Jaime Dezcallar Rolsky, Juan Coll Morell y Bosco Aguiló, destacando el jurado el gran mérito de todos los participantes a quienes se les entregó sus merecidas bolsas de chuches como reconocimiento a su gran trabajo y que hicieron que cada niño se sintiera especial, disfrutando también de la especial chocolatada de Can Joan de s’Aigo, con sus insuperables ensaimadas y cuartos, de la que también disfrutaron los socios más mayores, que la degustaron como auténticos niños.