Carlos III y Camilla en el Parlamento en Londres | Kirsty Wigglesworth

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Es un gusto contemplar el respeto a la tradición que sigue manteniendo Carlos III al frente de la corona británica. Se vio en la tradicional ceremonia de apertura del Parlamento británico, que incluye el llamado Discurso del Rey que tuvo lugar el pasado miércoles, casi dos semanas después de las elecciones generales del Reino Unido del 4 de julio, en las que el Partido Laborista obtuvo una abrumadora victoria. Una vez más, como ocurre cada año cuando se inicia el curso parlamentario, Comunes (cámara Baja), Lores (cámara Alta) y Corona se reúnen en la única ocasión rutinaria en la que coinciden los tres componentes del Parlamento.

Todo ello, rodeado de la habitual pompa que caracteriza al inicio del período de sesiones. Lo más curioso quizás sea lo que no se ve pero que se mantiene desde hace siglos. La ceremonia comienza antes incluso de la llegada del monarca al Parlamento, con la revisión de los sótanos del Palacio de Westminster en busca de explosivos por parte de la Guardia Real. Este gesto simbólico se realiza como referencia a la conspiración de la pólvora de Guy Fawkes en 1605, intento fallido de un grupo católico de ingleses para matar al rey protestante Jacobo I y a los miembros del Parlamento. Detrás de las cámaras también ocurre uno de los actos más simbólicos de la jornada, en el que uno de los diputados –habitualmente el vicechambelán de la Cámara– permanece ‘retenido’ en el Palacio de Buckingham como rehén hasta que el monarca regresa sano y salvo tras la ceremonia.

State Opening of Parliament in London

Algunos manifestantes contra la corona

Cuando los actuales reyes llegaron a la cámara, a través de la Galería Real, desfilaron hasta sentarse en el trono de la Cámara de los Lores, momento en el que el ‘Black Rod’, alto cargo responsable de controlar el acceso y mantener el orden en la Cámara Alta, fue llamando a los miembros de los Comunes. Al llegar, este emisario será recibido con un portazo como símbolo de la independencia de los Comunes frente a la Corona, después de lo cual golpeará la puerta en tres ocasiones hasta que la abran y le sigan al departamento de los Lores para escuchar el Discurso del Rey.