Antonio Guerrero, Maria Pedregosa, Balbina Marín, Pedro Moyano, Antonia Cerezo, José Díaz, Juan Molina y Teresa Pedregosa. | Curro Viera

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La ciudad de Inca ha vivido más de un mes de intensa actividad alrededor de su gran fiesta, el Dijous Bo. Las tres ferias previas, con una gran participación y una oferta muy variada, sirvieron para calentar un Dijous Bo casi de récord. Gracias a un tiempo soleado y casi primaveral, fueron miles las personas que se decidieron a pasar el día en la cuidad, entre sus puestos, sus stands y sus exposiciones. El origen agrícola y ganadero de esta fiesta sigue presente en el concurso morfológico del Porc Negre, que es quizás el gran clásico de este día. Si uno visita Inca un Dijous Bo con niños es casi obligado comenzar por ver a los animales. Pero no termina todo ahí, la gran oferta comercial habitual se ve multiplicada y son pocas las empresas que no quieren estar presentes en esta fira de les fires . La automoción sigue ocupando un lugar predominante, aunque quizás en menor medida que otros años. En cambio la oferta gastronómica es cada vez mayor y más variada y se puede escoger desde la comida más simple a pie de calle hasta la más elaborada y típica, en los muchos cellers que tienen en este día uno de los más importantes del año en cuanto a volumen de visitantes. Un año más Inca se convirtió en el auténtico centro de Mallorca.