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Los artistas Willem Schulz y Minako Seki hicieron suyo el Casal Solleric en su performance Existence con la que a través del violoncelo, la danza y el diálogo con los distintos espacios del palacio del Passeig del Born transmitieron conceptos como la esperanza, el miedo, el amor, la enfermedad y la muerte. El músico y la bailarina consiguieron que un buen número de espectadores se concentraran en el exterior del edificio para presenciar su propuesta, que pretende ser un viaje hacia la percepción humana de la extinción balanceándose entre el consciente y el inconsciente. Un viaje que en esta ocasión finalizó en el patio del casal.