Blanca Ochogavía, Antònia Mayol, Xesca Gomila, Mercè Martín y Albert Bauçà. | Curro Viera

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El pasado 15 de agosto tuvo lugar, como es tradicional, el baile de los Cossiers de Montuïri.

Con las calles llenas a más no poder de vecinos y visitantes, la fiesta fue puntual y fiel a la tradición, aunque este año la expectación era si cabe aún mayor, después de la declaración de esta celebración como Fiesta de Interés Cultural.

La decisión se tomó en el pleno del Consell de Mallorca de forma unánime el pasado 26 de julio.

Se reconoce así el valor de una fiesta cuyo origen se pierde en el tiempo y que algunos expertos relacionan con los antiguos rituales ofrecidos a divinidades para tratar de garantizar las cosechas. Un origen ancestral para una celebración que aún pervive en tiempos modernos.