Pablo Guerrero | S. Amengual

TW
0

Es un hombre inteligente y con un gran sentido del humor. Tiene estudios de Ingeniería de Minas y Estudios Eclesiásticos (Filosofía y Teología); actualmente está acabando un máster en Matrimonio y Familia. Es Prepósito Provincial de los Clérigos Regulares Teatinos y dirige el Colegio San Cayetano de Palma, que, recientemente, ha recibido el Premio Excelencia Europea +400. Pablo Guerrero Pacheco nació en Madrid, el 2 de abril de 1963. Al Colegio San Cayetano de Palma le han otorgado recientemente el Sello Europeo +400. Es el primer colegio de Balears en obtenerlo y uno de los primeros de España en tener los tres reconocimientos (ISO 9001, ISO 14001 y +400)
Xisco Busquets.- ¡Enhorabuena por el premio! ¡Dispone de tres líneas para explicar por qué se lo han concedido...!
Pablo Guerrero.- Bufffffff! Es difícil resumir en tres líneas casi 50 años de trabajo... pero lo intentaré (Pausa): Por el esfuerzo y la dedicación de todo el equipo del Colegio. Por su capacidad de obtener, día a día, unos resultados excelentes, que es lo que valora el premio.
X.B.- ¿Cuál es la cualidad que más valoran en un alumno?
P.G.- En cuanto al trabajo: el esfuerzo y el compromiso con el estudio. En cuanto al comportamiento: el respeto (que no hay que confundir con la sumisión).
X.B.- ¿Hay alguna moda que le altere?
P.G.- La propaganda gratuita a las marcas de ropa interior...
X.B.- Los colegios privados tienen en común algo muy valorado hoy en día: el poder adquisitivo de los padres...
P.G.- ¡Esto es un tópico...! Es cierto que muchas familias tienen un alto poder adquisitivo, pero también hay muchas que hacen un gran esfuerzo para poder dar a sus hijos un estilo educativo distinto.
X.B.- ¿Y cuál es este "estilo educativo distinto"?
P.G.- La atención a los alumnos, familias y personal, en todas las facetas de su vida, especialmente en la dimensión religiosa. Y, respetando la libertad de cada uno, anunciando el Reino de Dios.
X.B.- ¿Reino de Dios, dice? ¡Pero si la iglesia católica está en crisis: templos vacíos, el Papa pide disculpas constantemente por casos de pederastas... y lo peor: poco seguimiento del Evangelio! Con este lastre, ¿cómo se puede educar cristianamente?
P.G.- El único criterio que deberíamos seguir, y es lo que intentamos, es el Evangelio. Desgraciadamente, no siempre lo conseguimos, pero por intentarlo que no quede (Risas).
X.B.- ¿No hay un cierto desequilibrio entre la acción de llevar a los hijos a un colegio católico y ser padres no practicantes?
P.G.- Cierto, lo hay, pero eso demuestra que el hombre de hoy sigue con hambre y sed de Dios aunque no sepa muy bien cómo ni dónde encontrarlo. Yo pienso que confían en nosotros para que ayudemos a sus hijos a saciar ese hambre y sed.
X.B.- En un mundo globalizado donde la televisión se ha adueñado de nuestros hogares y donde la manipulación informativa es tan evidente, ¿Cómo enseña a sus alumnos a ser críticos, a buscar siempre la verdad...?
P.G.- Siendo yo mismo crítico.
X.B.- ¿Y cómo se es crítico con el sistema político actual que nos ha llevado a una crisis financiera mundial, donde siguen cantidad de conflictos bélicos, donde 25.000 seres humanos mueren de hambre cada día, y donde mil millones de personas viven con menos de 50 euros al mes...?
P.G.- Enseñándoles a pensar y a que no se traguen sin digerir lo que el mundo les presenta como valores.
X.B.- No acabo de entender, ¿cómo se puede ser seguidor de Jesús de Nazaret y callar ante las injusticias de nuestro mundo?
P.G.- No se puede, las injusticias, todas las injusticias han de ser denunciadas... si no gritamos nosotros "las piedras lo harán por nosotros".
X.B.- ¿Sabe usted por qué mataron a Jesús?
P.G.- No tengas ninguna duda, por ser fiel a su vocación, si hubiese renunciado a la misma no lo hubiesen matado y seguramente ni tú ni yo estaríamos hablando en estos momentos.
X.B.- Si viniera a nuestro mundo hoy, ¿qué harían con él?
P.G.- Seguir la misma hoja de ruta del Evangelio: primero le ofrecerían el poder, la gloria, todo aquello que puede satisfacer aparentemente al hombre (las tentaciones en el desierto), luego al rechazar todo eso y ser coherente con el Reino de Dios que seguiría anunciando, lo acabarían matando de nuevo (algo que sucede todavía hoy con mucha frecuencia)
X.B.- ¿Es fácil ser discípulo de Cristo hoy en día?
P.G.- ¿Lo ha sido alguna vez? Creo que nunca lo ha sido, y cuando aparentemente lo ha sido es cuando los cristianos más nos hemos alejado del Evangelio.
X.B.- Usted, ¿qué hace para seguir al Maestro?
P.G.- Intento ser fiel al Evangelio; ayudar a superar las miserias humanas desde mi servicio a la comunidad en el mundo educativo.
X.B.- ¿Por qué se hizo sacerdote?
P.G.- Porque lo único que llenaba mi vida era la dedicación a los demás como respuesta a mi vida de fe y la mejor manera de vivirla radicalmente era a través de la vida religiosa y sacerdotal.
X.B.- ¿Nunca ha tenido atracción por la vida seglar: soltero sin compromiso alguno, o matrimonio, hijos...?
P.G.- (Risas) Por supuesto que sí, yo entré en la vida religiosa a los 31 años, hasta entonces había tenido alguna novia formal, pero cuando uno encuentra la perla preciosa ¿no deja todo para comprarla?
X.B.- Seguro. ¿Quién tiene más virtudes hoy en día los sacerdotes (con sus votos de pobreza, celibato...) o los padres (sobre todo las madres trabajadoras)?
P.G.- No hay nada que me cause más admiración que una madre totalmente entregada a sus hijos y que además trabaje... Las virtudes no están en un estado de vida concreto sino en la propia vida.
X.B.- Disculpe un inciso, ustedes hacen voto de pobreza, ¿verdad? Entonces ¿Qué hacen con todo el dinero que genera el colegio y con los bienes patrimoniales?
P.G.- Lo invertimos en el mismo Colegio (cada día sale una "gotera" nueva y hay que modernizar las instalaciones para responder a los nuevos retos) y una parte importante lo destinamos a ayudar a nuestros hermanos más desfavorecidos de Cali (Colombia) donde desarrollamos un proyecto educativo para más de 700 niños de la calle de manera totalmente gratuita... Además, si alguien piensa que un colegio es un buen negocio, se equivoca...