Clara Soley | Xisco Busquets

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Ha estudiado danza en la Academia Rosemary Rhem de Palma. Cursos de verano en el Royal Ballet de Londres, Víctor Ullate de Madrid, con la maestra Maritza Galaz... Actualmente está en la Escuela del Ballet de la Ópera de Viena. Este invierno participó en el Concurso Internacional de Danza de Lausanne (Suiza) y obtuvo una beca para estudiar en el Ballet de Houston (EEUU). Clara Soley Soler nació en Palma el 19 de setiembre de 1992. Estudia danza y 1º de Bachillerato a distancia. Le gusta viajar, ir en bici, nadar, quedar con amigos... Estudia en la Escuela del Ballet de la Ópera de Viena. Estos dos últimos cursos ha vivido en una residencia de estudiantes del Ballet, en Austria.
Xisco Busquets.- Debió de sentir mucha añoranza...
Clara Soley.- Muchísima, sobre todo el primer mes, fue horrible, pero ha sido una gran ayuda para mí porque ahora ya no me cuesta tanto irme de casa.
X.B.- ¿Cómo se supera la añoranza?
C.S.- Hablando cada día con mis padres, los podía ver a través de la cámara del ordenador. Y haciendo muchos amigos, allí en Viena tengo a mi segunda familia, ahora que estoy en Palma los echo mucho de menos...
X.B.- Pues ha elegido una carrera que...
C.S.- Sí, sí, sí, soy consciente de que esto me pasará siempre, en esta profesión dejas a la familia y a los amigos porque has de viajar para formarte y luego vas cambiando de ciudad, de compañía. Haces muchos contactos en todo el mundo, pero luego duele deshacerte de ellos...
X.B.- Y sus padres, ¿qué dicen?
C.S.- Son muy comprensivos y tienen ganas de que siga aprendiendo. Puedo contar con ellos para lo que necesite. Les agradezco mucho todo lo que están haciendo por mí.
X.B.- Este verano se va a Houston y si le gusta se quedará el próximo curso. ¿Les parece bien?
C.S.- (Risas) Bueno, pues... ellos dicen que está muy lejos, ¿no? Y no les gusta mucho, tampoco toda la complicación que supone entrar en Estados Unidos: el visado... Pero saben que me permitiría avanzar en mi carrera y reconocen la gran oportunidad que supone.
X.B.- ¿Qué le ha aportado vivir fuera?
C.S.- Saber vivir sola, independizarme y espabilarme por mí misma. Controlar, cocinar, viajar, lavar... antes me lo daban todo masticado. Estoy muy agradecida de que me haya pasado todo esto.
X.B.- ¿Saca alguna conclusión?
C.S.- Que el ballet es mi gran pasión (Risas). Y animo a toda la gente que quiera dedicarse a ello a que pruebe, que pelee su sueño, y que disfrute de todos los momentos mágicos que tiene esta carrera. También quiero agradecer a todos los profesores con los que empecé, y aún me siguen apoyando, pues sin ellos no hubiera entrado en este paraíso.
X.B.- ¿Paraíso, dice...?
C.S.- Sí, sí. Porque siempre se puede aprender más, siempre hay alguien que te enseña algo. El cosquilleo en el estómago antes de salir al escenario, el compañerismo, los viajes por el mundo...
X.B.- ¿Por qué le gusta tanto el escenario?
C.S.- Cuando estoy arriba del escenario mis problemas se me olvidan, me siento como si no fuera yo, como si fuera otra, dando el fruto de aquello que me ha costado tanto esfuerzo, trabajo y tiempo. Los focos, el vestido y el maquillaje hacen posible esa transformación de la persona al personaje.
X.B.- ...
C.S.- La sensación del escenario es algo especial, es como estar en un cuento en el que sabes que mucha gente te ve, pero tú no los ves a ellos. Sólo se ve a los demás compañeros actuando como tú en la misma historia. En el escenario, las envidias y enemistades entre compañeros desaparecen y se transforman en compañerismo. Somos un grupo de bailarines que vamos a demostrar algo, a contar una historia. Es muy bonito.
X.B.- Pero para llegar ahí has de sufrir mucho, ¿no?
C.S.- Sí, pero a mí me gusta bailar, y cuanto más, mejor (Risas). Me encanta llegar al máximo de mis posibilidades. ¡Eso te da una satisfacción enorme! Trabajas en lo que más te gusta.... Y luego está el reconocimiento de la gente y poder hacer feliz al público, también son dos metas con mucho mérito.
X.B.- ¿Y todo esto del botellón, discotecas, novios... no le atrae?
C.S.- Son cosas secundarias para mí, eso siempre estará allí, no se moverá de sitio. La vida pasa rápido, la carrera de bailarina es muy corta y debo aprovechar el tiempo para trabajar en mi futuro y concentrarme. Claro que no soy una esclava del ballet, también me gusta divertirme, salir con mis amigos, pero ellos me entienden y me apoyan. Los amigos que tengo metidos en el mundo del ballet están igual que yo.
X.B.- ¿Qué le gustaría hacer y no hace?
C.S.- Para empezar me gustaría mucho poder estudiar esta carrera en casa, pasar más tiempo con mi familia y amigos, realizar algunas actividades que el ballet prohíbe, como el esquí o el patinaje; poder ir a la escuela normal...
X.B.- Entonces no hay alternativa: para formarse bien hay que salir de Mallorca...
C.S.- Sí. Los alumnos que terminan del Conservatorio de Palma no salen suficientemente preparados. El Conservatorio debería ser una escuela activa, que se moviera, que presentase a sus alumnos talentosos a competiciones y audiciones, o a cursos fuera de Mallorca, que es donde ganas experiencia y te das cuenta de todo lo que hay fuera, que es nivel, competitividad, y también muchos bailarines como tú luchando por su sueño.
X.B.- Ahora no quisiera ser yo un aguafiestas, pero ¿es consciente de que su carrera puede acabar por una simple torcedura de pie?
C.S.- Sí, plenamente. Es un gran riesgo que en otras profesiones no hace falta tener en cuenta. Por eso yo intento trabajar muy cuidadosamente, y consciente de los riesgos.
X.B.- ¿Tiene algún plan B?
C.S.- Sí, estoy estudiando el Bachillerato online. Tener el Bachillerato es un plan que se puede utilizar en caso de emergencia, nunca se sabe si hará falta. También me llama mucho la atención la fotografía de la danza (claro que eso sería después de haber bailado), cuando tenga que dejarlo por la edad. La fotografía de la danza en funciones, o competiciones... es una opción a tener en cuenta. Se supone que con la práctica, y el conocimiento de la coreografía, haría las fotos en el momento exacto, ¿no?
X.B.- Seguro. Pero antes... ¡a bailar toca!. Por cierto, no me ha dicho qué cualidades se reconoce como bailarina.
C.S.- Personalmente soy partidaria de la modestia y humildad ante todo. En cuanto a condiciones, no soy quién para evaluarlas; para gustos, los colores... Algo bueno debo de tener porque de momento las cosas me están yendo muy bien. No me puedo quejar. Es muy importante el trabajo constante y el esfuerzo.