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La vida de Iñaki Urdangarin ha dado un giro de 180 grados en apenas unos meses, pues el exbalonmanista ha pasado de ser miembro de la familia real y el marido de la infanta Cristina, de quien aún no se ha divorciado oficialmente, a mantener una relación extramatrimonial primero y un romance consolidado después con Ainhoa Armentia, con quien compartía puesto de trabajo en un bufete de abogados.

No parece que el cambio disguste a Urdangarin, que lejos de retomar su matrimonio con la hija del rey emérito Juan Carlos I y la reina Sofía, algo imposible según Pilar Eyre, que aseguró que el sentimiento de la infanta es que «no va a haber ni reconciliación ni perdón», ha decidido apostar más que nunca por su noviazgo con la contable.

La nueva pareja comenzará a escribir un nuevo capítulo en su historia de manera inminente, ya que han decidido mudarse juntos a un piso ubicado a las afueras de Vitoria, según adelantó Ya es mediodía este viernes y recoge la revista Semana.

Allí iniciarán su primera convivencia en pocos días, cuando den el pistoletazo de salida a la mudanza y empiecen a llevar todas sus cosas a su nueva residencia hasta convertirla en su hogar. En el programa de Telecinco también se aseguró que ella le habría pedido a su familia que le ayudase con el traslado.

Además, recientemente también se hizo público el deseo del exduque de Palma de finalizar su relación laboral con el bufete de abogados para el que trabaja y volver al balonmano de la mano del FC Barcelona, donde se convirtió en deportista de élite y donde hará unas prácticas no remuneradas como entrenador. Ainhoa, por su parte, también podría estar pensando en buscar otro trabajo, aunque por el momento no se ha confirmado.