«La niña se fusiona con los latinos que de 20 palabras 10 es una aberración y, pues qué quieres que te diga. Cuando cantan a cappella no saben cantar, pero le ponen autotune y parece que cantan», aseguraba una mujer. En un momento dado, la catalana se lanzó y decidió preguntar a la gente por su expareja, C. Tangana. «A mí me mola muchísimo, me gusta más que Rosalía», indicó uno de los entrevistados. En cambio, otros apuntaban a que el madrileño ha copiado su estilo al lanzarse con el flamenco: «Ella empezó antes».
La cantante tuvo que escuchar de todo, y es que incluso una mujer criticó su imagen: «Tiene uñas de bruja. No sé dónde está la estética, estamos perdiendo todo». Pero la invitada dejó otros grandes momentos. Pablo Motos, que estaba en su casa porque ha dado positivo en COVID, quiso saber si tiene algún tatuaje significativo en su cuerpo, y ella respondió que ahora mismo tiene tres. En ese momento Rosalía decidió mostrar su pie, donde luce una doble R por la inicial de su nombre y el de su actual pareja, Rauw Alejandro.
Rosalía publica este viernes Motomami, un nuevo álbum que cuenta con 16 canciones y que ya está disponible en todo el mundo, según informa la productora Sony Music. La catalana ya había dado a conocer cuatro de los temas que forman parte del disco antes de su lanzamiento: Hentai, La fama (con The Weeknd), Chicken Teriyaki y Saoko. Motomami es su tercer álbum, tras El mal querer (2018) y Los Ángeles (2017), y la cantante lo presentó este jueves en un espectáculo virtual en la plataforma TikTok. Además, ha recorrido estos días distintos programas para promocionar este trabajo.
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Junto con Tangana, su anterior discos son de lo mejorcillo el panorama español, esa fusión que innova casi sin querer y sin pasarse con un tracklisting inteligente que elude sentar el culo en un sonido concreto. Ojalá este disco nuevo sea tan innovador y inteligente como el anterior. Y no los músicos que ahora se llevan, llámense Bisbal, Chenoas, Malus... que están en esa ínfima categoría de pseudomusicos insustanciales al servicio del mercado, programas televisivos o discograficas. Lo dicho, hace buena música y es adictiva.
Desconfía de quien te dé siempre la razón, y confía en quien se ríe de sí mismo/a.