Jonny Lee Miller, Dominic West, Elizabeth Debicki, Jonathan Pryce, Imelda Staunton y Lesley Manville durante la presentación de la quinta temporada de 'The Crown'. | HENRY NICHOLLS

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Después de Claire Foy y Olivia Colman, le toca el turno de ceñirse la corona real inglesa a la prestigiosa actriz Imelda Staunton, que se mimetiza con la reina Isabel II en su madurez en la quinta temporada de The Crown, que llega este miércoles a Netflix, dos meses después del fallecimiento de la monarca. «Fue muy triste, terriblemente triste cuando nos dieron la noticia en el set. Como sabéis, la producción se paró por unos días y volvimos a rodar al día siguiente del funeral (la sexta temporada), y fue muy raro, la verdad, porque estábamos muy afectados (…).

Pero el 'show' tenía que continuar y ahora creo que esta temporada y la siguiente el espectador la verá con otros ojos debido a su fallecimiento», afirma a EFE la actriz en una entrevista. Asimismo, asegura que, aunque es una «responsabilidad» encarnar a una persona tan icónica e importante como era la monarca inglesa, para interpretar el papel se tuvo que «quitar ese peso de encima y pensar que en el fondo era una mujer normal». «Era una mujer que durante 70 años hizo magníficamente su trabajo. Era muy religiosa y tenía mucha fuerza. Todas esas características han sido muy interesantes de investigar y he disfrutado mucho metiéndome en su piel porque creo que era un ser humano muy bueno», confiesa.

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La quinta temporada transportará al espectador a los años 90, una década explosiva para la familia real británica debido a los divorcios de la princesa Ana con Mark Phillips, del príncipe Andrés con Sarah Ferguson y la relación a tres bandas entre el príncipe Carlos, la princesa Diana y Camila, que derivó en la separación de los dos primeros. Sumado al incendio del castillo de Windsor, este periodo pasa a conocerse como el «annus horribilis» para la familia real británica. «Esta época en la vida de la familia real fue muy tumultuosa y los guionistas no rehuyeron ningún tema difícil», señala Jonathan Pryce, encargado de interpretar a Felipe de Edimburgo en las dos últimas temporadas. Precisamente, algunas de las escenas se rodaron en Mallorca, donde se pudo ver a los actores en un yate representado una de las imágenes más icónicas de la princesa Diana antes de su muerte.

Aunque en lo que más foco pone la serie es en la separación del príncipe Carlos con Diana de Gales, cómo se vivió esa transición en la corona y en la vida personal de Lady Di desde su salida de la casa real hasta que rehízo su vida personal, y la entrevista que concedió a la BBC en la que reveló lo que había pasado siendo la esposa del príncipe. «Creo que la parte más prominente de la familia real y la conexión con ella era Diana, porque, aunque era de la realeza, representaba muchas cosas fuera de ella para muchas personas del país. Era un ejemplo, todo el mundo la quería», recuerda con cariño Pryce. Por su parte, Lesley Manville, quien se mete en la piel de la princesa Margarita -anteriormente interpretada por Vanessa Kirby y Helena Bonham Carter- añade que recuerda «muy bien» la entrevista que Diana hizo y lo que supuso para la corona británica, el rechazo que generó.

Para prepararse el papel de la princesa Margarita -«uno de los más queridos por el público»- Manville confiesa que hizo un «buen trabajo de investigación»: «Leí varios libros de biografías de la realeza, estuve viendo vídeos e imágenes suyas de archivo y volví a ver las primeras temporadas de la serie. Quería hacer mi propia Margarita, que tuviera mi esencia, así que con todos esos ingredientes creé mi propia versión», detalla. La actriz británica reconoce entre risas que no sabe si algún miembro de la familia real ve la serie: «No lo sé, no tengo sus teléfonos». Aunque es cierto que en los últimos días, según medios británicos, los príncipes Harry y Guillermo (hijos de Carlos y Diana) pidieron a Netflix que algunas escenas, como la entrevista de su madre, no se emitieran, algo a lo que la plataforma ha hecho caso omiso.