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Tras la hora sin cámaras entre Violeta y Edi, y su posterior intento de edredoning en Gran Hermano, la pareja pudo hacer de las suyas bajo las sábanas de la cama. Óscar, Ruvens, Manu y Jorge tuvieron que irse del cuarto tras escuchar los ruidos.

«Creía que iban a ser más disimulados, he flipado», opinó Ruvens. Aunque parecía que se lo había pasado bien, la chica se acabó derrumbado. «Tengo dos pensamientos», se desahogó con Jorge. El primer pensamiento era simple: «Quiero decirle a Edi que le quiero y quiero seguir conociéndole fuera, pero que no voy a tener más sexo aquí porque me agobia el tema de que me vea mi madre y mi familia».

La siguiente forma de pensar, parecía que le iba a sacar una sonrisa. «Si ya lo he hecho dos veces, ya que más da», explicaba. Sin embargo, rápidamente se puso a llorar al pensar en su familia. «El amor de una madre es incondicional, no tienes que sentirte mal», le intentó consolar Óscar. «Tengo la cabeza muy afuera, creo que no tendría que haber tenido sexo», se sinceraba en el confesionario. «¡Quiero ver a mi madre!», lloraba la madrileña.

En plató, Laura, madre de Violeta, aclaró lo que pensaba y su actitud frente a los actos de su hija: «Sabía que iba a pasar, pero no tiene que estar así porque la voy a apoyar en todo y no ha hecho nada malo ahí dentro. Estoy orgullosa de ella».