Como la mayoría de familias de la Part Forana, desde niños acudían a matances con la ilusión de que ese día era una celebración importante. Los padres de ambos eran los encargados de dar muerte al cerdo y esta técnica la traspasaron a sus hijos. Martínez recuerda como con 15 o 16 años su padre un día le dio el cuchillo y le preguntó: «Avui ho provaràs? » Ese ‘probar ' implicaba la introducción de un joven Jesús en el arte de convertirse en matancer. A los 22 años Martínez ya despiezaba un cerdo entero. Una situación similar a la que vivió Antoni Gomila que mató su primer animal con apenas 18 años. Sus respectivos padres les pasaron el testigo de una tradición heredada de padres a hijos y que, en la mayoría de casos, todavía hoy se mantiene intacta.
«La manera de hacer las matanzas no ha cambiado mucho, lo que sí ha cambiado son las herramientas que se utilizan», explica Gomila. Entre estas herramientas que se utilizan el día de la matanza hay una muy especial: el acorador, el cuchillo específico para dar muerte al animal. Cada matancer tiene el suyo y rara vez se intercambian.
«Es nuestro tesoro, como si fuera la espada del rey», bromean. Gomila pone un claro ejemplo de la importancia de esta herramienta: «Este año en mi cesta apareció el acorador de mi padre. Jamás, y tengo 42 años, mi padre había dejado su cuchillo en mi casa». Y es que el acorador solo se utiliza para dar muerte al cerdo, una vez finalizado «se lava, se envuelve y se guarda».
Son herramientas que se mantienen inalterables con el paso del tiempo, como también la forma de despiezar el cerdo que ambos matancers han aprendido «de manera autodidacta» siguiendo las instrucciones de sus padres. Cada matancer tiene su forma de hacerlo, según cada familia.
Pese a ello, reconocen que no es el matancer quien dirige todo el ritual. «Es la madona quien dirige. Ella decide si falta sal o pimienta para sazonar la sobrasada o qué carne hay que dejar para cada cosa», recuerdan ambos. «Antes de empezar a despiezar el cerdo siempre hago la misma pregunta: Madona, com ho voleu? », recalca Martínez. Símbolo de una sociedad matriarcal.
7 comentarios
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Harta y asqueada de tradiciones trogloditas que nos quieren vender como cultura, si esto es cultura prefiero ser idiota! Comer carne esta mal y punto, que esta buena, si, pero no deja de ser un asesinato de un ser vivo sobre el que no tenemos ningún derecho, comer carne no es necesario hoy en día, si a esto le añadimos el sufrimiento animal y lo poco ecológico que es, no hay ningún motivo para comer carne!
Alejandra,si no te gusta la carne,alla tu,pero deja a los carnivoros disfrutar de una bona porsella.Y tu,puedes seguir comiendo alfalfa en tu corral.
Joe con los comedores de tofu, como se les va la olla... debe ser un problema de alimentación.
Es hora de que aquellos con un coeficiente intelectual tan bajo regresen a sus cuevas. Aquellos que torturan animales y comen cadáveres y aún creen que el mundo es plano deberían darse cuenta de que ese año es 2020.
Hi ha tot tipus de relacions, colles i papers. N'hi ha amb rols diferents, que van camviant segons com. A mi m'agraden sobretot si hi ha riures, festa. O ben poc malestar animal, adaptat de setmanes abans. Fins i tot amb microscopis per encuriosits a raconet, per revisar sa qualitat d'algunes peces o malalties. Buenu, cadascú fa com pot, deu haver tot tipus d'anècdotes i detalls.... Bons desitjos, que tengueu bones festes i molta riquesa per curiositats
Si tú quieres comer sólo a base de hierbajos, allá tú, a los demás los respetas!!! O crees que la carne nace en el Supermercado?
Promocionar esta salvajada es como promocionar la tauromaquia o las peleas de gallos. Y no me vengáis con que es cultura y tradición porque me descojono.