La agricultura ecológica está en auge. Cada día son más los agricultores que apuestan por producir en ecológico, y cada vez son más los consumidores interesados en estos productos, aunque a veces no es fácil saber dónde comprarlos.
Hay varias opciones. Una de ellas es a través de la venta directa en la propia finca, aunque esto a veces hace que, si no es muy lugar de paso, sea algo complicado conectar con el cliente y poder tener una buena cartera; y más, cuando hablamos de posibles clientes de una gran ciudad, algo lejos de fora vila. Por ello, otra opción es un mercado ecológico. Así, congregando un grupo de vendedores agrupados con productos variados y en un lugar conocido es una muy buena manera de poder llegar a más consumidores.
Hace nueve años, tres asociaciones (Associació de Consumidors Lligam, Associació de la Producció Agrària Ecològica de Mallorca y Associació de Varietats Locals) conjuntamente con algunos payeses y elaboradores ecológicos, establecieron las bases para montar, junto con el Ajuntament de Palma, un mercado ecológico en pleno centro de la ciudad, concretamente en la plaza Bisbe Berenguer de Palou. Cada martes y cada jueves de 8 a 14 horas, con cerca de una veintena de agricultores que ofrecen productos muy diversos y frescos.
La intención de este mercado es que los mismos payeses vendan directamente, como se hace en los mercados de los pueblos, y en las propias fincas adscritas a la Venda Directa. Se apuesta por los productos ecológicos, locales y de temporada, una propuesta sostenible y de calidad para el consumidor.
Lluís Calvo, técnico de Apaema, ha explicado que este pequeño mercado es el mercado ecológico más importante del país, según la SEAE, y cada día reúne a más gente. La principal característica que ofrece es que los placers tienen que poner a la venta por lo menos un 80 % de productos cultivados por ellos mismos. El 20 % restante es necesario para que los clientes puedan abastecerse de fruta, como plátanos o kiwis, que son subtropicales y que no pueden cultivar por cuestiones técnicas o climáticas. Otra característica del mercado es que no hay intermediarios, de modo que los agricultores reciben un precio justo por su trabajo.
La novedad de esta temporada nace de la colaboración con el Ajuntament de Palma. Es el nuevo sistema de etiquetas para facilitar la compra al cliente usando colores. Simulando un semáforo, el verde es para los productos de los propios payeses, el amarillo para los comprados a otros productores de Mallorca y el rojo para los productos que vienen de fuera. Con este sistema, cualquier cliente puede ver rápidamente qué productos le son más interesantes. También facilita el seguimiento de la trazabilidad (la cadena que ha seguido el producto hasta el consumidor) evitando así malentendidos. Las etiquetas han sido fabricadas por la entidad social Fundació Aproscom.
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