Luis Armero ha hecho realidad su sueño de contar con una bodega y, además, la ha situado en el top de los ‘cellers’ isleños. | Joan Socies

TW
0

Con un trabajo diario, meticuloso e incluso silencioso, poco a poco, la bodega Armero i Adrover se ha hecho con un sitio entre los vinos importantes de la Isla. Una copa de su vino Selecció Familiar elaborado 100 por cien con la variedad Callet puede cerrar muchas bocas y abrir otras tantas de admiración. Al frente de la bodega Luis Armero (Requena, 1961) señala que ha cumplido su sueño. Llegó a Felanitx con 22 años para trabajar en lo que era una institución del vino, el Celler Cooperatiu del Sindicat. Ahora, con su propia bodega y unos vinos de renombre, Armero ya vislumbra un futuro con el relevo generacional de su hija y su hijo.

La bodega Armero i Adrover nació a finales de los años 80 cuando, junto con su mujer, decidieron recuperar algunas de las viñas familiares sembradas con Premsal y Callet. Luis Armero asegura que «en ese momento el proyecto, la ilusión, era lo que es hoy la bodega». «Tal vez, la parte de experimentación que tenemos hoy en día no la teníamos pensada en aquellos momentos. Pero en el año 2000, a raíz de una mala cosecha, optamos por dedicar parte de nuestra bodega a la experimentación. Nuevas levaduras, unos blancos o rosados diferentes, etc. Este espacio para poder ‘jugar' nos ha dado buenas alegrías». En las tierras la idea de Armero i Adrover también se ha mantenido fiel a sus inicios. «En las viñas decidimos ser autónomos y creo que el tiempo nos ha dado la razón. Nos hemos mantenido en un 50 por ciento de variedades autóctonas y el otro 50 con variedades foráneas. Eso sí, empezamos con agricultura convencional y hemos evolucionado hacía la ecológica».

Sobre las variedades locales en Felanitx hay que hablar del Callet. Luis Armero lo tiene claro: «Se trata de una variedad reconocida ya internacionalmente y todo ello es gracias a Ànima Negra. Ellos han sido los que lo han puesto en valor a nivel mundial. Siempre he creído que se trataba de una gran variedad, pero las modas la habían arrinconado. Aquí con el Callet y con pocos recursos se hacían unos vinos muy buenos». En la bodegas Armero i Adrover tienen junto al Callet, el Premsal y el Giró como variedades locales por excelencia. Armero asegura que en su bodega no se ciñen mucho a las modas, «siempre seguimos la misma línea de trabajo, no nos importa si tiene más o menos color». Una de las bazas de la bodega, como ya hemos señalado, es el Callet de Selecció Familiar. «Se trata de un capricho –asegura Luis– se trata de un vino que solo elaboramos en años en los que merece la pena, en año muy puntuales y no hacemos más de 2.000 botellas».

Sobre la situación actual de la viticultura en la Isla, Luis, asegura que «las iniciativas actuales son muy buenas, pasean el nombre de Mallorca por el mundo pero también veo que el consumo de recursos genera desequilibrios. ¿No habrá un momento en el que tendremos más oferta que demanda?».