Jaume Alorda y Pep Cerdà fueron pioneros en toda España en hacer acuicultura de agua dulce. | Pep Córcoles

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Carpeix es el nombre de un proyecto y de una empresa creados en 1981 por Pep Cerdà y Jaume Alorda en Pollença. Se trata de la única planta de acuicultura dedicada a la cría intensiva de carpa (Cyprinus carpio) en toda España y una de las pioneras en acuicultura de agua dulce. De hecho su experiencia a lo largo de estos 41 años es la base científica para la creación de otros muchos proyectos a lo largo de la geografía española. Jaume Cerdà sostiene, tajantemente que «se puede decir que en estos momentos estamos exportando desde Mallorca conocimientos técnicos y el desarrollo de dispositivos para la instalación de plantas de acuicultura en otros lugares, así como sistemas de depuración de aguas basados en el ciclo natural que nosotros hemos desarrollado en nuestra explotación».

No obstante, un cambio en la normativa estatal, y una sentencia judicial posterior reafirmando ese cambio, han obligado a replantear todo el proyecto original y a aparcar la cría de carpas en favor de otras especies ornamentales. Pep Cerdà explica que «debido a la presión de grupos ecologistas se llevó a cabo una campaña pidiendo un nuevo cambio en la normativa para que se considerara a la carpa como especie exótica invasora, cuando en toda Europa se le considera especie normalizada». Desde entonces los dos pioneros mantienen a sus ejemplares reproductores con un permiso especial en un estanque sin que críen. Cerdà espera que «la aportación de otros criterios técnicos que se están llevando a cabo desde diversas plataformas propicien un nuevo cambio que permita recuperar la cría».
Cuando ambos criadores iniciaron su proyecto solamente existían plantas de acuicultura de agua dulce para la cría de truchas y salmón. Éstas necesitan agua muy limpia y muy fría, por ello optaron por criar ciprínidos «que son los que mejor se adaptan a nuestras condiciones y de los que, en su momento, no había ninguna experiencia en intensivo», dice Cerdà.

Al principio el proyecto se orientó hacia la cría con fines gastronómicos. Se observó que la bonanza meteorológica de Mallorca propicia que coma durante todo el año y se desarrolla a lo largo de los doce meses, frente a la cría en centroeuropa donde en invierno se ve frenada por el descenso en la temperatura del agua. Cerdà explica que, «aquí alcanzan un tamaño comercial, que es aproximadamente de un peso de 300 gramos, en sólo un año. Sin embargo y a pesar de todas esas ventajas nos topamos con serias dificultades para su venta pues precisábamos de fuertes inversiones adicionales para construir una sala de sacrificio, envasado y distribución. Así pues orientamos nuestro proyecto hacia la venta de especímenes vivos con los que habíamos conseguido un respetable mercado compuesto por: clientes particulares, tiendas de mascotas, jardineros, hoteles y campos de golf».

Ahora crían tenca dorada y pez dorado.

Con el cambio de normativa, los dos ganaderos continúan con su proyecto pero criando otras especies como la tenca dorada (Tinca tinca) o el pez dorado (Carassius auratus). La otra gran innovación de este proyecto es el sistema de reutilización de agua mediante la depuración natural de la misma. El líquido en el que nadan los peces pasa de los diferentes estanques de engorde a una gran laguna donde se depositan las partículas de mayor tamaño en el fondo y las bacterias degradan la materia orgánica presente.

Al mismo tiempo una gran extensión de lirio acuático (Eichhornia crassipes) consume los nutrientes disueltos en el agua y termina de purificarla. Esa agua retorna a los estanques limpia y apta para la reutilización de los peces. Este sistema de depuración ha servido de base para desarrollar proyectos similares en agroturismos y pequeñas explotaciones agropecuarias.