El payés de Sant Joan Francesc Xavier Morantinos empezó a sembrar al heredar tierras.

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Francesc Xavier Morantinos, un payés de Sant Joan nacido en 1960, lleva más de dos décadas dedicado a la agricultura ecológica, enfocándose en el cultivo del blat de xeixa, una variedad de trigo autóctona de Mallorca. Su incursión en este tipo de agricultura comenzó hace aproximadamente 23 años, cuando las tierras de su familia quedaron sin cuidados. «Me planteé cómo podía mantenerlas de manera sostenible, sin recurrir a la agricultura convencional. Así fue como poco a poco me adentré en la agricultura ecológica y en el uso de variedades locales», recuerda.

El deseo de cuidar el medioambiente fue lo que motivó su rechazo a la agricultura industrial. «Hoy en día, los valores están claros. Nuestro planeta está recibiendo demasiadas embestidas y todos debemos aportar nuestro grano de arena. Evitar pesticidas, usar abonos naturales y aprovechar los recursos locales no solo ayuda al planeta, sino que también te hace sentir mejor», asegura con convicción.

Actualmente, Morantinos cultiva unas 10 hectáreas, aunque no todas dedicadas exclusivamente al blat de xeixa, ya que aplica la rotación de cultivos. «Saco entre 6.000 y 7.000 kilos de trigo cada año. Luego lo transformo en harina y lo vendo. Elegí la xeixa porque es una variedad que lleva siglos adaptándose al clima y al terreno local, lo que le permite resistir mejor ante los desafíos climáticos».

Aunque las variedades locales han sido desplazadas por otras semillas más rentables, Morantinos defiende su valor y las elige por razones de sostenibilidad y salud. «Nuestra sociedad tiende a valorar lo que entra por los ojos. Un pan más grande es más atractivo, pero lo bonito no siempre es lo más conveniente. Las semillas locales no son las más productivas, pero sí son las más saludables para nosotros y para el medioambiente. A largo plazo, la calidad y la sostenibilidad son lo que importa», afirma.

Además de cultivar trigo, Morantinos ha desarrollado su propio proceso para elaborar harina. «Aunque utilizo instalaciones como la Porgadora de Sineu, me gusta darle una pasada adicional al tamizado para asegurarme de que la harina quede perfecta. Mi marca se llama Blat Net porque, además de no usar pesticidas, procuro que el grano esté lo más limpio posible, sin impurezas».

Aunque ya está jubilado de su profesión como profesor, Morantinos cree que es posible vivir de la agricultura ecológica, siempre y cuando se tenga experiencia. «Cada vez más jóvenes se interesan en la agricultura ecológica, pero muchos cometen el error de lanzarse sin preparación. Esta profesión requiere conocimiento, no solo un gran tractor. Antes, los aprendices se formaban durante años antes de empezar por su cuenta. A veces, la falta de experiencia desanima, pero se puede vivir de esto, y de cada vez mucho mejor».