Quedan unas tres semanas para que las cosechadoras comiencen la recolección de la patata de invierno. La zona de sa Pobla y Muro se está preparando ya para lo que se augura como una buena campaña. Se trata de una cosecha especial para el consumo local pero que en opinión de los payeses no favorecerá una bajada significativa de los elevados precios que paga en la actualidad el consumidor.
Joan Company, gerente de la cooperativa Esplet, de sa Pobla, informa que «la cosecha se presenta bien. Cuando hay una buena temperatura la patata engorda y hay kilos. Este año puede ser bueno; esto se traduce en una media de seis toneladas por quartó». El quartó es una medida de superficie local que corresponde a 1.775,75 metros cuadrados, o sea, una cuarta parte de una quarterada.
Joan Mateu, presidente de la Mesa Agraria de sa Pobla, indica que «los cultivos se están desarrollando muy bien. Hasta ahora ha habido mucho sol y buena temperatura. Todo eso abunda en un crecimiento bueno de las plantas, habida cuenta que le suministramos un riego regular y adecuado, es de prever, con toda cautela, que pueda haber una buena cosecha». Mateu precisa que «si no se producen lluvias copiosas y repetidas a partir de ahora podremos recoger a finales de noviembre y atender la punta de demanda que se produce en Navidad».
Martí Cladera, productor pobler y distribuidor local de patata, coincide con Joan Company en que «esta temporada se puede llegar a la media de seis toneladas por quartó. El pasado jueves visitó fincas y las plantas están muy sanas, engordando los tubérculos, y en la linea de salida para cosechar. Yo pienso que si no tenemos mucha prisa y la meteorología no se torna muy adversa, en enero tendríamos muchos kilos».
En lo que coinciden los tres interlocutores es en que el elevado precio de la patata en el mercado local no bajará demasiado pese a la cosecha que se espera. Mateu indica que «en primer lugar se debe tener en cuanta que es la mitad de la cosecha de primavera». Cladera agrega que «es preciso observar que los precios actuales son consecuencia de una falta de patata en toda Europa. No hay patata porque no se ha sembrado». El payés tiene de cada vez más trabas a la hora de tratar la tierra o las plantas con productos fitosanitarios. Le ha bajado mucho la rentabilidad y ha abandonado el cultivo en gran medida. Company tercia que «el cambio climático no es una broma. Esta afectando las producciones en toda Europa. Ahora mismo está lloviendo mucho en otras zonas productoras y eso tampoco es bueno».
Mateu incide en que «estamos hablando de un mercado muy globalizado y es muy fácil que de un día para otro tenga picos debido a múltiples factores». Company incide en que «el hecho de que todavía gocemos de mejor clima que el centro de Europa hace que para nosotros sea más rentable exportar que producir para el consumo interno».
Tal y como indica Company, en la actualidad se está vendiendo patata de otras regiones de España e incluso del extranjero en los principales portales mayoristas. La actual coyuntura provoca que el tubérculo esté llegando a la hostelería, al por mayor, un 25 por ciento más cara que el año pasado y al consumidor particular por encima de un euro el kilo.
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