Raquel Alonso.

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Raquel Alonso es doctora en Biología y desde 1999 trabaja en Esplet SAT. Ahora es responsables de las áreas de producción, logística y exportación, aunque su ‘niña mimada’ es la innovación. De hecho, la sociedad agraria de sa Pobla que se dedica a la patata se ha caracterizado, a iniciativa de su director general Joan Company, por incorporar las nuevas tecnologías desde su creación en el año 1993. Todo ello colaborando con el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la UIB y universidades españolas y británicas, entre otros.

«Tenemos muy claro que la innovación constante es fundamental en el sector agrícola y en Esplet siempre hemos procurado avanzarnos a los problemas y dificultades», explica Raquel Alonso. De hecho, «una de las principales razones que nos ha llevado a aplicar nuevas metodologías ha sido la disminución del número de agricultores, por jubilación y por la escasa incorporación de jóvenes payeses. Para paliarlo hemos adquirido maquinaria con más capacidad de trabajo en mayores superficies y con menos personal».

Otro de los factores que ha influido en la búsqueda de nuevos caminos ha sido la legislación europea. Esplet se ha apresurado a buscar alternativas no químicas a los fitosanitarios prohibidos y ya experimenta con rotaciones y la siembra de otros cultivos, «como la mostaza, que después de tres años utilizándola hemos comprobado que ayuda a la desinfección gracias a sus sustancias biológicas», relata la responsable de Esplet SAT. Otra acción ha sido la de solarizar la tierra, en las épocas de altas temperaturas.

La aplicación de todas estas innovaciones se concentran en las parcelas de Gregal SAT, uno de los socios de Esplet que representa el 65 % de la producción de patata y que dirige Jaume Mir.

Sobre la aceptación por parte de los agricultores locales, Raquel Alonso reconoce que «ha costado, porque el payés necesita ver los resultados de forma inmediata. Nosotros les decimos que nos copien, que se aprovechen de nuestros avances y que los incorporen a sus fincas, pero no es fácil que acepten».

Raquel Alonso resalta que «una de las principales innovaciones que ya utilizamos es el cuaderno de campo digital, una herramienta que será obligatoria tenerla digitalizada en 2026, pero que hemos preferido ponerla ya en marcha». A través de una aplicación desarrollada por la empresa Isagri «disponemos de un programa que nos permite la digitalización e integración de toda la actividad que se realiza en las parcelas. Desde el seguimiento meteorológico al control de la aplicación de fitosanitarios, pasando por el control económico y los gastos de la producción», señala Alonso.

Por otra parte, colaboran con la empresa Any Solution en un proyecto de mapeo a través de drones para detectar problemas de sequías, plagas o alimentación en las fincas.