María Colomer, dietista-nutricionista, explica que tomar la pulpa de la naranja es mejor que ingerir solo el zumo de esta fruta. Esto se debe a que contiene azúcares propios, naturalmente presentes en este tipo de alimentos; principalmente se trata de fructosa. «Cuando tenemos una naranja entera, estos azúcares se digieren más lentamente», de modo que no producen un aumento rápido de azúcar en la sangre. Sin embargo, «cuando quitamos la pulpa porque hacemos un zumo o licuamos la fruta, este azúcar se libera de la estructura y se convierte en azúcar libre naturalmente presente».
La citada dietista-nutricionista destaca que los azúcares libres son aquellos que se digieren tan rápido, que conviene reducirlos, en la medida de lo posible, de nuestra alimentación». En este punto, precisa que «éstos pueden ser azúcares libres añadidos a los alimentos o, como pasa con el zumo, azúcares que liberamos nosotros al romper las estructuras y despreciar la fibra».
Colomer explica que esto mismo se puede aplicar a cualquier alimento, pero advierte que no es una buena idea procesar tanto, aunque sea en casa. En este sentido, asegura que «nuestro sistema digestivo está preparado y tiene que trabajar, lo que se consigue cuando le damos alimentos enteros, masticando, triturando, etc. Además este trabajo de digestión hace que el rendimiento energético sea menor porque esta actividad consume calorías». No obstante, puntualiza que a aquellas personas que busquen ganar peso sí que les puede ir bien tomar alimentos como los zumos.
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