Una mujer pasea por la cala San Vicenç en Mallorca. | Catalina Cladera

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Estás sentado en la orilla de la playa mirando el mar mientras ves como se acercan las olas hacía donde te encuentras y te fijas en un detalle, siempre vienen en línea recta, de manera paralela a la costa. Este fenómeno tan curioso y que vemos en verano mientras tomamos el sol y van pasando las horas tiene su explicación. ¿Quieres saber por qué se produce? Nosotros te lo contamos.

En primer lugar tenemos que explicar como se forman las olas, hay algunas que se originan lejos de la costa, en mar abierto, debido a contacto entre la superficie del mar y el viento, cuanto mayor aire el oleaje también va en aumento, se forman de esta manera pequeños remolinos. En esa zona las olas van en diferentes direcciones y se mueven con mayor velocidad porque no chocan con el fondo.
De hecho si estás en ese momento en un barco puedes saber hacía donde van las olas debido a la dirección que toma el viento.

Siempre debemos tener en cuenta que el oleaje en medio del mar es mucho más intenso y las olas se mueven más rápido. A modo de ejemplo hay gran cantidad de tormentas que se forman en mitad del océano y marchan durante kilómetros con mucha fuerza hasta llegar a la playa. Pero a medida que las olas se van acercando a la costa su intensidad va desapareciendo poco a poco y eso es debido a que de cada vez el fondo del mar es menos profundo y las va frenando, esto es importante ya que lo va haciendo de manera gradual.

Como norma hay excepciones, como por ejemplo los acantilados. Al no tener fricción por debajo, es decir nada que las vaya debilitando, las olas se 'rompen' contra las rocas que los forman. Siempre hay lugares con más oleaje que otros, el mar Mediterráneo al estar cerrado siempre tiene menos predisposición a tener un menor oleaje comparado con el mar Cantábrico que está abierto al océano Atlántico.